¿NAIRO VS. MARIANA?
Dos de los deportistas más trascendentales en la historia de nuestro país dieron que hablar hace unos días. Todo comenzó cuando Nairo Quintana criticó con vehemencia a la Federación Colombiana de Ciclismo, presidida por Jorge Ovidio
González, por sus fallas e improvisación. Días después, se filtró un audio en el que Ma
riana Pajón manifestó su malestar con el punto de vista del ciclista y recalcó la delicadeza de que alguien como él diga esas palabras porque “es capaz de construir o destruir”.
En Colombia, cuando dos puntos de vista son divergentes, la polarización y estigmatización no tardan en llegar. Este debate dialéctico se convirtió en una lucha de clases: Mariana, la niña adinerada que creció en las afueras de Medellín; y Nairo, el mártir que logró eludir la pobreza escalando las pendientes cordilleras boyacenses.
Las redes sociales están colmadas de comentarios perniciosos acusando a Pajón y defendiendo a Quintana, estos han llegado hasta tal punto de aprovechar una foto en que la pedalista olímpica aparece junto a Popeye para impartir críticas coléricas. Los mismos deportistas desmintieron estar peleados pero la gente quiere seguir confrontando.
¿Cuál es la necesidad de dividir? ¿Por qué olvidamos lo esencial? Varios medios comenzaron a dar juicios de valor sacando a colación la palabra “pelea”, como si estar en desacuerdo con el otro no fuese un comportamiento inhe- rente al ser humano. El hecho de ser deportistas no les quita el derecho a la libertad de expresión. No seamos las marionetas de los políticos de turno que están detrás de este asunto, que buscan precisamente dividir y sesgarnos para así olvidar lo sustancial.
Con este episodio queda claro que la polarización es un germen que abunda en nuestra sociedad desde tiempos inmemorables, desde liberales y conservadores hasta uribistas y santistas. Colombia es un país que sigue la lógica política de la división interna. No dejemos que este desventurado rasgo social trascienda en lo deportivo y perjudique a dos ídolos
Colombia es un país que sigue la lógica política de la división interna. No dejemos que este desventurado rasgo social trascienda en lo deportivo y perjudique a dos ídolos.