“Soy un hombre de fe, el miedo no existe”: Ibargüen
Carlos Alberto Ibargüen (21 años), del DIM, ha marcado 28 goles. Integró la Selección Colombia en el Mundial Sub-20.
Un salón en la sede administrativa del Cortuluá lleva por nombre Carlos Ibargüen, en honor al delantero del Medellín. Allí se realizan las capacitaciones de inglés y Sistemas para los jóvenes del equipo, contó Óscar Arturo Martán, presidente ejecutivo del club.
El directivo que resalta en el delantero su mentalidad, madurez, tenacidad, carácter, disciplina, compromiso, seriedad y proyección, recuerda que “Carlitos iba al entrenamiento en bicicleta y un día mi papá ( Óscar Ignacio Martán) le dijo: si aprende a manejar le presto el carro, y a los dos días pidió las llaves y nos llevó a todos”.
“Es que Carlos es arriesgado y lo que se propone lo logra”, puntualizó el directivo que celebra el regreso del goleador a las canchas.
El técnico Jaime de la Pava exalta la potencia y buen juego en espacio corto. “Es un depredador del área, con carácter, siempre quiere ganar y da lo mejor, es muy parecido a Jackson Martínez”.
Ibargüen llegó muy joven al Cortuluá que orientaba Fernando Velasco y siempre se destacó como goleador. Los de su generación se coronaron campeones nacionales sub-20 y clasificaron a la Copa Libertadores, pero el bonaverense no la pudo jugar, pues fue vendido a Tigres de México y después cedido a Santa Fe.
Durante los meses de su lesión, su esposa Karen Ríos y su madre Cenobia Ibargüen han sido su fortaleza. “En las malas los supuestos amigos se van, solo queda la familia”, dijo el delantero, que el sábado volvió a marcar con el DIM.
¿Qué sintió el sábado?
“Una felicidad enorme, dándole la gloria a Dios que me fortaleció en los momentos difíciles y agradecido por volver a disfrutar lo que más amo, el fútbol. Siempre fui positivo en la recuperación, con mi mente puesta en regresar y haciendo el trabajo físico para estar bien otra vez”.
¿Quiénes lo acompañaron durante la lesión?
“Mi mamá, que vive en Tuluá, y mi esposa. Siempre estuvieron pendientes, dándome ánimo, llamándome”.
¿En cuál partido sufrió más?
“Uno siempre quiere enfrentarse a los grandes, a los referentes. Sufrí mucho el parti-
do con River Plate porque quería jugarlo, y saber que no podía fue difícil, más cuando veía a mis compañeros luchar y con esa impotencia para remontar el marcador”.
¿Alguna vez ha llorado?
“Sí, durante la lesión me pasó mucho, uno es humano y tiene sus días de tristeza, como que se acaba todo, se deprime, pero esas lágrimas son como un descanso para el cuerpo y hay que empezar de nuevo”.
¿Cuántas lesiones ha tenido?
“La verdad uno lee cosas en redes y la gente habla mucho, pero quiero hacer claridad en eso. Nunca me había lesiona- do. Cuando llegué no sabía lo que tenía porque en Santa Fe el médico me dijo que era una inflamación del hueso y nunca me hicieron una resonancia”.
¿Pero recayó?
“Sí, acá nos dimos cuenta de la fractura y por eso estuve tres meses esperando recuperarme, desafortunadamente no había sellado bien y ante Tolima recaí y me operaron”.
¿Quién le ayudó a fortalecer su parte mental?
“La verdad nadie, siempre he estado lleno de confianza como persona y jugador. Creo en mis condiciones, en que Dios me respalda y pienso que solo el buen trabajo es tu carta de presentación”.
¿Siente miedo para chocar en la cancha?
“No, cuando el especialista me dijo que el tobillo ya había pegado, le dije al médico: tranquilo, vamos con toda, el miedo no existe, lo único que hace es llevarte al fracaso”.
¿Qué deportista admira?
“A Falcao, es un ejemplo porque lucha, es inagotable, se lesiona pero regresa constantemente con goles y eso motiva, me proyecto así como él, regresar con lo mejor”.
¿Cómo se ve en el DIM?
“Me veo haciendo goles y doy todo en los entrenamientos para convertirme en una opción para el profesor Luis Zubeldía y seguir cumpliendo metas, porque mi sueño es jugar en Europa”