Sí, es un herramienta política, pero necesita reglas
Que la revocatoria de un mandato es un ejercicio político, está claro. No se puede hablar de indicadores objetivos, porque ninguna institución de Colombia hoy tiene cómo medir los planes de los municipios. Que quienes promuevan revocatorias pertenezcan a organizaciones políticas contrarias, es obvio. Qué es lo importante: avanzar en el entendimiento de la gente para que sepan que lo que hacen al acudir a las urnas es una evaluación de su mandatario a mitad de término. Si los alcaldes sienten que es un arma política y no técnica, hay que recordarles que llegaron allí por medios políticos y no técnicos. Los técnicos son sus funcionarios. Lo que hay que atender es la necesidad de ponerle reglas a esa evaluación y su defensa, que es lo que no está claro. Si yo fuera un alcalde en proceso de revocatoria, sacaría a todos mis funcionarios a defender mi gestión. Es más, yo puedo terminar gastándome todo mi presupuesto en defenderme y por eso, se necesitan reglas. Por el otro lado, un promotor puede también inventar datos. Debe haber reglas en la lealtad de la ejecución porque uno no puede estar inventando cosas para sacar un mandatario. Las propuestas debe ser veraces y verificables. La nula efectividad de la herramienta a lo largo de los años muestra que hay falta de información sobre el mismo. Si el CNE quiere ponerle reglas, está bien, lo que no puede hacer es modificar las que revocatorias en curso. Aparte, no es competencia de ese ente evaluar las competencias del alcalde porque no tiene las capacidades. Si no las tienen ni el Gobierno Nacional, mucho menos el CNE.