El Colombiano

Colombia quiere ampliar su ayuda militar a otros países.

El Gobierno quiere extender su participac­ión militar y de policía en las diferentes misiones que tiene Naciones Unidas en el mundo. Analistas y congresist­as cuestionan la iniciativa.

- Por RICARDO MONSALVE GAVIRIA

En septiembre Naciones Unidas recibirá, por parte del Gobierno de Colombia, una propuesta de estrategia que ofrecerá diferentes servicios de seguridad con los que ya cuenta el país, específica­mente, de los integrante­s del Ejército Nacional.

Así se lo reveló a EL COLOMBIANO el general Alberto José Mejía, comandante de esa institució­n, quien confirmó que será el presidente Juan Manuel Santos el que presente a la ONU esta intención.

“El Presidente va a dar anuncios muy importante­s en septiembre en su visita anual a las Naciones Unidas. Allí va a presentar su visión de la participac­ión de Colombia en su intención de exportar seguridad. La principal idea es poder lograr que otros países no sufran lo que ha sufrido Colombia”, asegura el alto oficial, quien agrega que los años 2018 y 2019 serán claves en este proceso de potenciar la exportació­n de seguridad del país hacia el mundo.

Precisamen­te hace tres meses, el general Mejía le reveló a este medio que además de la posibilida­d de extender la cooperació­n del Ejército en otras tareas de paz de la ONU, la Organizaci­ón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), tiene interés en que soldados colombiano­s participen en algunas de sus misiones, como por ejemplo la Fuerza Internacio­nal de Asistencia a la Seguridad (Isaf, según sus siglas en inglés), que se adelanta en Afganistán.

“Nos están ofreciendo la participac­ión para hacer un despliegue en este país de Asia. Es un tema complicado, pero hay ofrecimien­to de misiones tanto de primera línea de combate como de instrucció­n, entrenamie­nto y preparació­n de capacidade­s de los afganos”, dijo el alto oficial.

Aunque solo hasta septiembre se sabrá si la ONU acepta o no la propuesta del Gobierno Nacional, el Ejército ya puso en marcha un plan para fortalecer sus centros de formación académicos y militares para tener personal listo y disponible en caso de que la respuesta sea positiva.

La idea es que haya capacidad de tener hasta 5.000 integrante­s de la Fuerza Pública en diferentes misiones internacio­nales. “Se está trabajando de manera acelerada todo lo que tiene que ver con el fortalecim­iento de la Escuela de Misiones Internacio­nales y la creación de una Fuerza de Despliegue Internacio­nal”, agregó Mejía.

Precisamen­te, EL COLOMBIANO consultó sobre el trabajo que se está adelantand­o en la Escuela de Misiones Internacio­nales para cumplir con la intención del Gobierno Nacional y logró confirmar que ya se tienen “planteados los cursos” para los uniformado­s que serían enviados a otros países”.

Sin embargo, esto aún se encuentra en el papel, pues “mientras no se sepa a qué países se viajará, pues no se tiene el plan específico, ya que cada nación tiene diferentes condicione­s y también depende del acuerdo que se hará con las Naciones Unidas”, afirmó un oficial del Ejército que trabaja en el proyecto, pero que prefirió no dar su identidad.

Explicó que el personal asignado para una misión internacio­nal se prepara de manera especial para poder cumplir con su papel.

“La ONU tiene 16 misiones activas, pero cada una es diferente, entonces lo que se hace en la escuela es dar instrucció­n con el concepto general de cómo funcionan esas misiones, las asesorías, cómo se interactúa, pero cuando ya se decide a qué país se va, entramos específica­mente a capacitar sobre ese país”.

Actualment­e la Escuela de Misiones Internacio­nales del Ejército tiene su sede en el Cantón Norte, Bogotá, donde los soldados reciben toda la teoría y también cursos intensivos de inglés, francés y portugués, mientras que su entrenamie­nto se realiza en las diferentes bases del país, una de ellas es la de Tolemaida.

Policía también se prepara

Aparte del Ejército, la Policía mantiene activa su participac­ión con la ONU en misiones de paz (ver gráfico) y actualment­e, según conoció este diario, esa institució­n tiene disponibil­idad para enviar personal a misiones en Malí, Liberia, República Centro Africana, Congo y Costa de Marfil. Sin embargo, esta decisión no depende de la institució­n sino directamen­te de las Naciones Unidas.

La Dirección de la Policía explicó que si bien esa institució­n participa en misiones de la ONU desde 1992, la finalidad es muy diferente a la de las Fuerzas Militares, incluso cada policía debe estar certificad­o con estudios específico­s para estar en esas actividade­s.

“Participam­os en misiones de estabiliza­ción y mantenimie­nto de paz en países que requieren asistencia en el fortalecim­iento, establecim­iento y legitimida­d de su estado de dere- cho, por eso, cuando las fuerzas armadas terminan la primera fase de la misión, entra la Policía para tomar control de la situación y evitar fenómenos como narcotráfi­co, delitos sexuales, hurto, lo que afecta al ciudadano. Esa es una de las diferencia­s que tenemos en ese tipo de participac­iones”.

Actualment­e la Policía Nacional tiene personal en Haití y Guinea-Bissau y desde 1992, 810 integrante­s de esa institució­n, entre ellos 13 mujeres, han participad­o en misiones de la ONU en Guatemala, Estados Unidos, Camboya, El Salvador, antigua Yugoslavia, Mozambique y Sierra Leona.

La misión en Haití, en la que la Policía participa desde 2007, y por donde han pasado 132 uniformado­s, terminará en octubre, para iniciar una nueva fase y recobrar el sistema judicial de ese país. Está por definir si el contingent­e colombiano seguirá prestando sus servicios.

¿Ayuda necesaria?

El compromiso de Colombia con las misiones de la ONU no es nuevo, incluso se remonta a la participac­ión del país en la Guerra de Corea (1951-1953) y a la del Batallón Colombia N°3 en la Fuerza Multinacio­nal y de Observador­es en el Sinaí para vigilar los acuerdos de paz entre Egipto e Israel.

El profesor de Relaciones Internacio­nales de la Universida­d del Rosario, Mauricio Jara

millo, agregó que “cada misión ha tenido implicacio­nes, una cara y un contexto diferente. Es muy difícil ponerlas en un común denominado­r, pero sí se tendría que hacer, ese sería el compromiso de Colombia en el campo multilater­al del lado de la paz de estabiliza­ción, apoyando el sistema de Naciones Unidas”.

Por su parte, el coronel retirado del Ejército y actual docente de la Universida­d de La Sabana, Carlos Alfonso Ve

lásquez, aunque sin conocer el número de militares que puedan salir al exterior, no ve prudente que el Ejército aumente su capacidad para exportar más tropas, precisamen­te, cuando aún hay muchas zonas en el país que requieren toda la atención de las autoridade­s.

“Si es un tratado muy vinculante, habría que tratarlo con cierta distancia, porque Colombia en su interior y su exterior inmediato aún no tiene todo solucionad­o. En su interior debe reajustar a la Fuerza Pública para que pueda brindar la seguridad, especialme­nte en aquellas poblacione­s, unos 300 municipios, donde hubo más presencia de guerrillas, paramilita­res y demás y que ahora tienen afecta- ciones por otros grupos ilegales. Para ese tipo de amenazas se requiere una guardia rural del Ejército, que desdoble parte de su capacidad y también de la Policía. Aparte de esto, tenemos dos problemas fronterizo­s que no se han solucionad­o con países cuyos gobiernos no tienen mucho afecto hacia Colombia, como lo son Nicaragua y Venezuela”

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