ÁRABES Y JUDÍOS, LOS AMIGOS QUE TRUMP BUSCÓ PARA DESPEGAR
La primera parada de Donald Trump en su gira internacional fue tal vez el de mayores resultados. En Arabia Saudí no solo fue bien recibido, con danza de sables y con la máxima condecoración que otorga el rey Salmán, sino que confirmó que esa monarquía le comprará a EE. UU. armamento por valor de 110.000 millones de dólares (la mayor transacción en esa área que ha logrado Washington). Si bien esa compra no deja de preocupar a países vecinos de Arabia, como Irán, Irak y Yemen, Emilio Viano, catedrático de la American University, destaca que sí deja muy clara la forma en como pretende relacionarse Trump en Medio Oriente: “Cuando un país adquiere tantas armas, pone nerviosos a los países alrededor. Esta compra demuestra que las diferencias con Irán, del que el presidente ha dicho que es el mayor patrocinador del terrorismo, continuarán y se intensificarán”. Ahora bien, para Ricardo Abello, internacionalista de la Universidad del Rosario, el hecho de que el mandatario hubiera empezado su gira en Arabia e Israel, y no en Canadá o México (como es tradición en EE. UU.), revela que los intereses del país están puestos en lo económico, y no en lo político: “A Trump le importa, primero, mantener los precios del petróleo favorables para su nación y por eso estuvo con los árabes y, luego, su segunda prioridad es la banca, que en Estados Unidos está controlada en gran parte por los judíos”, detalla el experto.