El Colombiano

El precandida­to Roy Barreras estimularí­a el proceso con el Eln.

El senador y precandida­to Roy Barreras dice que ahora la preocupaci­ón es el narcotráfi­co.

- Por ÓSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ Á.

La primera vuelta presidenci­al de 2018 no será de candidatos, que es lo habitual, sino de coalicione­s, que en los anteriores procesos se dejaban para la segunda vuelta. Así lo considera el senador Roy Barreras, precandida­to presidenci­al por el Partido de Unidad Nacional (La U).

En diálogo con EL COLOMBIANO manifestó que no le gusta el programa ‘Ser Pilo Paga’, y que aunque algunos le dicen que abandone la bandera de la paz y se distancie del presidente Santos, “eso se lo dejaré a los oportunist­as, que luego de haberse amamantado siete años del Gobierno ahora posan de críticos”.

¿Por qué tomó la decisión de ser precandida­to?

“La U es el partido más grande de Colombia y tiene vocación de poder. Hizo el tránsito correcto de garantizar la seguridad democrátic­a después del desastre del Caguán, para lograr la paz y la desaparici­ón de las Farc como guerrilla. Ese legado debe defenderse, para que nazca un nuevo país de oportunida­des y haya Estado en todo el territorio”.

La U sobrevivió sin Uribe, pero tenían presidente. ¿Sobrevivir­á sin Santos o sin el poder presidenci­al?

“El Partido Liberal sobrevivió a la ausencia de Alberto Lleras y de Carlos Lleras. Los partidos son institucio­nes indispensa­bles para la democracia. Algunos son fuerzas caudillist­as, que desaparece­rán cuando se acaben los caudillos”.

¿Qué coalicione­s vienen para la primera vuelta?

“Una de derecha, liderada por el Centro Democrátic­o; otra de izquierda, con sectores del Partido Verde y el Polo; y otra de Centro, en la que aspiro estén La U, el liberalism­o, el conservati­smo y otros sectores de izquierda. Es necesaria una consulta interparti­dista en marzo, con candidatos únicos, para que en primera vuelta defendamos la paz”.

¿Y Cambio Radical?

“Si nos guiamos por sus congresist­as estarían con nosotros. Si es por Jorge Enrique Vélez, su presidente, con la oposición. Los colombiano­s decidirán si avanzan hacia un país en paz y justo o se devuelven a la guerra y la pobreza”.

Fue igual la estrategia de la campaña del plebiscito. ¿Seguirá ese dilema?

“Son dos modelos. Uno inequitati­vo, o uno nuevo donde el Estado no solo está para extraer los impuestos”.

¿Le preocupa que usted y

Juan Carlos Pinzón aún no repunten en las encuesta?

“Me preocupan las encuestas desde que fueron incapaces de pronostica­r el resultado del plebiscito. Solo cuando haya candidatur­as únicas se decantará el camino para coalicione­s. No olvide que Álvaro Uribe, por quien solo tengo respeto, inició en 2001 con el 1 %”.

¿Cómo se relacionar­ía con el Gobierno de Venezuela?

“El país necesitaba desactivar el problema de 52 años con las Farc y fue útil el aporte de Venezuela y de Cuba. La muerte de Chávez y la radicaliza­ción de la dictadura de Maduro ha hecho que el Gobierno tenga que liderar un frente internacio­nal de repudio a las violacione­s de derechos humanos y de exigencia de elecciones. Pero tenemos una larga frontera que puede significar riesgos de conflicto, por lo que toca prudencia y firmeza”.

Aparte de la consolidac­ión de la paz, ¿cuáles serán sus principale­s apuestas?

“En las últimas décadas el gasto de la guerra fue la disculpa para impedir el progreso. Cuesta 27 billones al año, atrasa la economía y genera pérdida de vidas. Se ha descuidado el emprendimi­ento, la creación de un nuevo empresaria­do y la diversific­ación exportador­a. La política agroindust­rial ha sido abandonada, con un tímido y positivo paso: la ley Zidres. Sin medidas como esa es imposible que Colombia pueda exportar lo que es capaz de producir. Hay que salir de la trampa de la economía primaria de la producción minero-energética. Hoy estamos pagando las consecuenc­ias en toda Latinoamér­ica”.

¿Y dónde priorizará la inversión social?

“Es una vergüenza que Colombia sea el segundo país más inequitati­vo de la región. De 50 millones de habitantes, 30 mil personas tienen como capital más de 3 millones de dólares. Faltan garantías para que la gente tenga acceso gratuito a la salud y a la educación, y para que las nuevas generacion­es aseguren su futuro laboral y pensional. La calidad de la educación pública es tan pobre que de poco o nada ha servido aumentar la cobertura. El año

pasado, por primera vez en décadas, se invirtió más en educación que en defensa, 29 billones. Esa tiene que ser la tendencia, pero enfocada en la educación de la primera infancia. No me gusta el programa Ser Pilo Paga porque destina recursos públicos a las universida­des privadas, yo prefiero fortalecer la pública”.

¿Cómo le hará frente a la corrupción?

“Colombia heredó unas reglas de juego clientelar­es perversas, que son la madre de toda la corrupción. Por eso la reforma política es una obligación del presente. Espero que este Gobierno la saque adelante. De no hacerlo, el primer paso del próximo presidente, que espero ser yo, debe ser una asamblea nacional constituye­nte para que haga la reforma a la justicia (hoy hay impunidad del 98 %) y la políti- ca, que nunca ha sido posible tramitar en el Congreso”.

¿Por qué sigue creciendo el narcotráfi­co si ya hay un Acuerdo de paz?

“La guerrilla de las Farc ahora están en tránsito a la legalidad, pero queda la maldición del narcotráfi­co que todo lo destruye, generado por el mercado internacio­nal y que se originó con la política prohibicio­nista e hipócrita. Hay que lograr que el mundo acepte que las drogas son un problema de salud pública. Mientras, no queda otro camino que combatir a las bandas criminales. Mientras se avanza hacia la regulación, como se hizo hace un siglo con el alcohol y el tabaco”.

¿Continuarí­a el proceso de paz con el Eln?

“Lo estimularí­a y reformaría. Espero que entiendan que este es el momento de la paz, que los caminos jurídicos están abiertos y las decisiones políticas están planteadas. Las fuerzas militares no dejarán de cumplir con su deber”.

Ha aumentado la percepción de insegurida­d, ¿qué propone al respecto?

“Hoy las zonas que están siendo dejadas por las Farc pueden estar siendo copadas por otros grupos ilegales, porque el Estado no ha tenido la capacidad de cubrir todo el territorio. El eje fundamenta­l del próximo Gobierno es el fortalecim­iento de la Policía, para garantizar la seguridad ciudadana. En los últimos dos años no ha habido un solo muerto por el conflicto con las Farc, pero el año pasado hubo más de 11.000 niños abusados. Tenemos un gran reto de seguridad nacional. Ya sin guerrillas nos debemos dedicar a proteger la vida de las familias

“La paz no es solo el desarme, es apenas el comienzo para reorientar un Estado que permita nuevas oportunida­des. A eso le apuntamos a partir del 2018”.

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 ?? FOTO CARLOS ALBERTO VELÁSQUEZ ?? En los últimos tres meses se ha recorrido cerca de 20 departamen­tos presentand­o su libro.
FOTO CARLOS ALBERTO VELÁSQUEZ En los últimos tres meses se ha recorrido cerca de 20 departamen­tos presentand­o su libro.

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