El Colombiano

El fútbol nacional le saca tarjeta amarilla a la violencia

Algunos hinchas de Cali y América empañaron los avances en tolerancia fuera de las canchas. ¿ Que falló? Medellín da buen ejemplo. Queda mucho por mejorar.

- Por WILSON DÍAZ SÁNCHEZ JOHN ERIC GÓMEZ MARÍN

El caos se apoderó del último clásico vallecauca­no. Algunas barras de América y Cali invadieron la gramilla del Estadio Pascual Guerrero, hubo enfrentami­entos entre hinchas en varios sectores de la ciudad y rompieron el pacto firmado entre la Alcaldía, la Policía, los líderes de las barras y los dirigentes de los clubes.

“Nos sentimos traicionad­os”, fue el mensaje del secretario de Seguridad y Justicia de Cali, Juan Pablo Paredes.

Este episodio encendió las alarmas ad portas de las rondas finales del fútbol profesiona­l colombiano.

Con ese antecedent­e se jugó Medellín-Nacional en el Atanasio Girardot y todas las miradas se posaron sobre la capital antioqueña que, según las autoridade­s, salió avante en la organizaci­ón de este evento, al que se destinaron 1.200 uniformado­s.

En la reunión del Comité Local de Seguridad, Comodidad y Convivenci­a en el Fútbol, el martes pasado se expidió un comunicado destacando el buen comportami­ento de los aficionado­s.

“Así como cuando hay problemas la prensa hace gran despliegue, también es bueno que resalte esta manifestac­ión de convivenci­a”, señaló Jorge Hoyos, presidente de la Aso- ciación de Barras del DIM.

El ataque a piedra al bus del Medellín por la carrera 70 y el desalojo del estadio de 35 hinchas de la agrupación La más fiel (Nacional), que se ubica en Oriental y pretendía desplazar a los abonados del conjunto rojo, fueron hechos que el Comité consideró aislados.

Las sanciones cambiantes de la Dimayor contra América y Cali (le permitió ingreso de publico ayer en Palmira) y la acción de un grupo de fanáticos azucareros que quemó pólvora en la madrugada cerca del hotel Marriott, donde se hospedó el Poderoso, también invitan a la reflexión: ¿cómo enfrentar la problemáti­ca?, ¿las estrategia­s no han servido?, ¿por qué en Cali no funciona y en Medellín sí, sa- biendo que ambas fueron apoyadas por las alcaldías?

Juan David Valderrama, director del Inder Medellín, asegura que van 6 clásicos con ingreso de cerca de 220.000 hinchas rojos y verdes y el balance es positivo.

“En compañía de Gobierno, Juventud y Cultura hemos involucrad­o a todos los actores del fútbol en programas de convivenci­a y liderazgo. Las barras, con resultados, responden al compromiso y la confianza”.

Mauricio Parodi, autor de la Ley de Seguridad y Convivenci­a en el Fútbol (2009), y relator del Estatuto del Hincha (2012), resalta tres aspectos clave: organizaci­ón de eventos (logística), infraestru­ctura y tema social.

Añade que en lo primero el país está bien, pero que en lo demás hay grandes vacíos que se deben resolver en busca de la tolerancia y la paz en el fútbol. Aquí, seis puntos que merecen atención y deben trabajarse para que la violencia no se apodere del fútbol

“La propuesta del Presidente de la Dimayor, castigar con puntos a los equipos que apoyen las barras, es absurda, errada”. JUAN DAVID VALDERRAMA Director Inder Medellín

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