Así se solucionan las peleas por
El Agustín Codazzi tiene hoy en sus manos cuatro grandes disputas limítrofes entre 10 departamentos.
Yo prefiero irme a pie para Valledupar que en carro para San Juan”. Esta estrofa vallenata empezó a sonar por allí y por allá hace unos ocho años en los corregimientos de La Junta y Patillal, cuna de Diomedes Díaz.
Nació justo por la época en que se conoció que el departamento de La Guajira estaba reclamando este caluroso y árido paraje para su territorio, quitándoselo al Cesar.
Fue la molestia por sentirse más de allí que de allá y la incertidumbre por no saber cómo les podía afectar su transformación en guajiros lo que terminó por inspirar, como no podía ser de otra manera, un vallenato que hasta la fecha sigue cantando su autor, un muchacho llamado Alfonso Palmera.
Esta disputa entre La Guajira y Cesar es la más reciente que resolvió el Instituto Geográfico Agustín Codazzi, Igac, entidad encargada de elaborar los mapas y la cartografía de Colombia.
Al considerar que existía límite dudoso, el instituto revisó los mapas, visitó el lugar, escuchó a ambas partes y, tras tomar una decisión, se la envió al Congreso que, en últimas, será el que defina.
Aún no se conoce la decisión del legislativo al respecto.
Sin embargo, para Juan José Corzo, líder cívico de Patillal, esta disputa solo le ha traído dolores de cabeza a la gente porque, tal como dice el vallenato, pagan tributo del departamento del Cesar, van a citas médicas a Valledupar y sus principales relaciones comerciales y económicas son con ese departamento.
“Tradicionalmente, en este pueblo toda la comunidad pertenece a Valledupar y de un momento a otro, nos dijeron que ya no... Nos afecta ese cambio, porque tenemos comunicación directa con Cesar. No tenemos nada que hacer en San Juan y Riohacha”.
Es más, Corzo cuenta que los habitantes de otro poblado cesarense como Carrizal, tienen confusión porque reciben los servicios de salud en el centro médico de Patillal, que en teoría es de La Guajira.
Como el caso de Belén de Bajirá, en disputa entre Antioquia y Chocó, el Igac aseguró que su actuación está ligada a conceptos técnicos y exactos, que en nada tienen que ver con asuntos políticos u administrativos.
En eso es enfático Juan Antonio Nieto Escalante, ac- tual Director General del Instituto, que recalcó que “estos son temas sensibles a los que hay que dedicarle mucho tiempo. Hay cartografía y terreno que hay que verificar”.
Las comisiones del instituto están lidiando actualmente con 13 conflictos distribuidos en toda la geografía nacional. En cuatro de ellos están en conflicto departamentos y, en nueve de ellos, municipios.
A pesar de lo que se demora dirimir estas controversias, existe un avance verificable, pues cuando el Igac recibió la tarea de verificar los límites territoriales, en 2011, había más de 80 casos.
Un tema de siete décadas
Aunque fue la ley 62 de 1939 la que establecía las competencias para iniciar procesos de deslinde y delimitar el territorio, no fue solo hasta el nacimiento de la Constitución de 1991 cuando se ahondó en el tema. millones 759 mil predios aparecen en los registros del Instituto Agustín Codazzi, hoy en día. mil predios se registraron en Colombia la primera vez que hicieron la cuantificación.
El artículo 290 de la carta magna establece que cada 20 años se publicará el mapa oficial de la República, considerando que hay circunstancias que hacen variar la situación en algunas zonas del país.
“Así pasó en 2010, que hubo un fenómeno de la niña muy fuerte, que se llevó por delante algunas poblaciones”, consideró Nieto Escalante.
Sin embargo, la ley del 39 no logró ser muy efectiva, porque implicaba un proceso demorado de llevar los mapas a consideración de los Ministerios del Interior y de Hacienda, y luego, ellos lo tenían que llevar al Congreso, que era el que decidía.
Solo hasta junio de 2011, con la ley 1447 se modifica la ley y pone de forma más específica la manera como se dirime una pelea por un territorio.
Esa ley simplificaba las co-