MODELO URBANO BIMILENARIO
¿Cómo puede una ciudad con más de dos mil años ser hoy un modelo de organización urbana tan vivible para los humanos, tan caminable metro a metro y tan segura en medio de las corrientes que amenazan a todos los ciudadanos del planeta? Zaragoza, la antigua capital de Aragón, por donde han cruzado todas las culturas que dominaron en la Península, la romana, la medieval, la mudéjar, la renacentista, la barroca, la neoclásica y la moderna, con razón ha sido el símbolo de la resistencia, no sólo contra los sitios de las tropas napoleónicas sino contra todas las formas contemporáneas de destrucción urbana.
Acabo de leer un artículo de Darío Ruiz sobre el descaecimiento de Medellín, la subestimación del transeúnte, la falta de espacios caminables y los errores de varias adminis- traciones. Estoy de acuerdo con Darío, urbanista por excelencia. Discuerdo de su referencia a Madrid como ejemplo. Para mí lo es “la muy noble, muy leal, muy heroica, muy benéfica Zaragoza”, admirable cada vez que se la visita porque avanza, crece, progresa, pero sin desmedro de la calidad de vida, la conviabilidad y la garantía de que sus 700.000 habitantes anden tranquilos y seguros, a pie o en bicicleta o en patines, sin necesidad de mirar hacia los lados, porque el sistema vial los privilegia, los protege y les asegura una movilidad libre de riesgos y sobresaltos.
En Zaragoza, no sólo en la preciosa Plaza del Pilar sino en todas sus calles, en el paseo Independencia, la calle Alfonso, la Avenida Cesaraugusto a orillas del Ebro, el ser humano se siente valorado, respetado en su integridad, contento de recorrer largas distancias así gaste zapatos, si no quiere transportarse en el moderno tranvía (fabricado por los mismos que hicieron el de Medellín), en los autobuses articulados, en taxi o en vehículos particulares.
¿Por qué ese modelo urbano se enriquece día tras día? El carácter de los aragoneses (los maños), su coraje y su espíritu cívico, su fidelidad a la ciudad, han sido decisivos, gracias al respaldo responsable de las administraciones, que han podido efectuar planes continuos de desarrollo, con los controles institucionales y ciudadanos necesarios para que no dejen caer la guardia por motivos políticos o por algún asomo de juego de intereses. Primero ha sido la ciudad de la gente, para la gente y con la gente. El más mínimo defecto, un hueco en una calle, tiene que ser corregido de inmediato.
Medellín está gobernada con muy buenas intenciones. Pero sigue faltando más presencia de autoridad y mayor participación ciudadana para resolver problemas que en buena parte requieren no sólo presupuesto, que lo hay, sino compromiso, sentido práctico y espíritu cívico. Así podría imitar al menos el modelo urbano bimilenario de Zaragoza
¿Cómo puede una ciudad con más de dos mil años ser hoy un modelo de organización urbana? Lecciones de Zaragoza, la antigua capital de Aragón.