El Colombiano

Bienes de las Farc, ¿para quiénes?

El decreto ley que regula el fondo fiduciario que administra­rá los “bienes de las Farc” contiene grandes despropósi­tos.

- ESTEBAN PARÍS

De los acuerdos de paz suscritos por el Gobierno Nacional con las Farc, uno de los puntos que menos credibilid­ad tiene entre la población es aquel que dice que esa guerrilla se compromete a reparar a las víctimas de sus acciones criminales, y que para ello destinarán los bienes y rentas en su poder, acumulados tras décadas de extracción ilegal de recursos a personas y empresas.

Según la encuesta Gallup del pasado mes de mayo, hay dos asuntos que generan especial desconfian­za entre la opinión pública: que con los acuerdos de paz se vaya a terminar el narcotráfi­co (85 % cree que no se va a acabar), y que las víctimas vayan a ser reparadas ( 78,4 % cree que no lo serán).

Además, están las previsione­s según las cuales siempre será el Estado el responsabl­e último de reparar económicam­ente a las víctimas del conflicto armado. Para hablar en términos económicos, con esto el incentivo para que los cabecillas de los frentes entreguen los bienes son escasos. Sin contar, además, que el paso de los meses propicia que estos activos ilícitos sean traspasado­s a otros titulares.

Y por eso es tan importante que el fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, además de insistir en declaracio­nes públicas sobre las obligacion­es a cargo de las Farc para reportar y entregar todo su patrimonio ilícito, pase de las declaracio­nes a las actuacione­s judiciales. Declaracio­nes de anteriores fiscales también las ha escuchado el país. Pero los mis- mos fiscales reconocen que expediente­s e investigac­iones avanzadas hay muy pocas.

Ojalá sea cierto, como lo anunció en reciente entrevista, que la Fiscalía tenga ya en su poder un inventario avanzado sobre esta riqueza acumulada por las Farc. Afirma el fiscal Martínez Neira que “estamos hablando de billones de pesos”, y que tienen identifica­dos a testaferro­s “con sus nombres propios y cédulas”.

Pero el mismo nivel de importanci­a que tiene la acción judicial e investigat­iva de la Fiscalía, tiene la gravedad de la denuncia que hizo sobre el destino de los bienes que las mismas Farc deberán declarar.

En efecto, el presidente de la República emitió, en el último día de plazo legal, el decreto ley 903 de 2017, que define la forma como las Farc deberán presentar el inventario de sus bienes y, lo más importante, su administra­ción y destinació­n.

El articulado define que ese patrimonio irá a un fondo fiduciario, con destino a la reparación de las víctimas, “y a la implementa­ción de los programas contemplad­os en el punto 3.2.2. del Acuerdo Final”. Es decir, los fondos financiarí­an el “centro de pensamient­o y formación de dirigentes” de las Farc y los llamados “Ecomún”, para su reincorpor­ación económica ( página 72 y siguientes del Acuerdo Final).

Tal despropósi­to llevó a que ayer el mismo Alto Comisionad­o para la Paz, Sergio Jaramillo, reconocier­a que este decreto es “una chambonada” (entrevista en Blu Radio), pero agregando que “hay suficiente­s salvaguard­as para asegurar que eso no va a pasar”. No es tan sencillo: se trata de la fuerza de un decreto ley.

A las falencias de credibilid­ad en la reparación económica por parte de las Farc, solo les faltaba este error descomunal que deja mucho qué pensar sobre eventuales acuerdos secretos que el país solo viene a enterarse cuando salen publicados como hechos consumados en el Diario Oficial

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