SER HUMANO

Advertencia: esta columna contiene imágenes violentas. Quiero hablar sobre el dolor, sobre la frialdad del ser humano. No he sido capaz de pasar la página de ese video que muestra cómo una mujer es atropellada por un taxi en China y nadie la auxilia, nadie detiene el tráfico, es como si hubiera caído una hoja más sobre la calle. La vida sigue, la tragedia puede quedarse sin problema sobre el asfalto, nadie evita que, segundos más tarde, otro carro pase por encima de la mujer y muera por las múltiples heridas. Mañana, sin falta, pasará el camión de la basura.

No hace mucho vi un video similar, también en China. Un ciclista cruza una calle y un carro lo atropella. El hombre queda inmóvil sobre la calle. Pasan buses públicos, carros, más ciclistas, peatones, pasa el tiempo y a nadie se le ocurre nada. Es como si la cotidianidad, con un muerto de por medio sobre una calle, pudiera retomarse en un segundo. Una vida más, una vida menos… por lo visto en China los seres humanos se olvidaron de la humanidad.

Leo en el periódico que muchos en ese país no auxilian a la gente porque les da miedo que el cuentico ese de alguien agonizando sobre una vía se trate de una estafa o terminen involucrados en un accidente no cometido, y entonces tengan que pagar indemnizaciones, cargar con un muerto ajeno. ¿De verdad a la hora de ayudar en un caso como estos uno piensa en esas cosas? Yo creo que todavía hay seres humanos que intuitivamente ayudan, que no piensan en las consecuencias de ayudar, lo cual me suena medio extraño, uno no debería calcular el deseo de salvar una vida. La empatía, como leí hace poco en un libro interesantísimo de

Leslie Jamison que se llama “El anzuelo del diablo”, no consiste solo en acordarse de decir debe de ser muy duro, sino también en buscar la forma de sacar los problemas a la luz para que no pasen desapercibidos. “La empatía no consiste solo en escuchar, sino en formular las preguntas cuyas respuestas deben ser escuchadas. La empatía requiere indagación e imaginación a partes iguales”.

A veces pienso que esos avisos de “advertencia” ante videos fuertes que nos recuerdan la tragedia diaria del ser humano, deberían ponerse en las puertas de nuestras casas. Leer algo así antes de salir al mundo: Advertencia: no olvide que usted es un ser humano y apenas cruce esa puerta compartirá con seres humanos; por favor, absténgase de ser indiferente. ¿Será que sirve de algo? Es medio ridículo pero al paso que vamos tocará.

Muchos creerán que esto es un problema de China, de ese lugar tan extraño para nosotros; la verdad es que yo he visto la misma frialdad, el mismo olvido de la fragilidad humana en nuestras calles, en esta sociedad que se enorgullece de ser solidaria. Ser humano es lo que no deberíamos olvidar jamás

Ser humano es lo que no deberíamos olvidar jamás.