UN MUNDO HECHO PARA NIÑOS
Ahora que me acerco a los cincuenta sigo siendo el mismo niño de cinco. Con los mismos miedos y deseos, pero también con las mismas seguridades y planes que tenía desde muy temprana edad. Muchos de ellos se han cumplido otros no.
Lo importante es que desde esa edad muchos de nosotros ya teníamos planes muy serios para la vida. La explicación del porqué o del cómo eso puede pasar no la sé, pero cuando escucho a las personas dizque adultas discutir por tonterías compruebo definitivamente que nunca dejamos de ser niños.
Actualmente encuentro un común denominador entre los hombres y mujeres exitosas, y es que cumplieron ese plan dibujado a los cinco años. Es decir, el éxito o fracaso de las sociedades debería medirse por la capacidad que tienen las familias tradicionales o no tradicionales de cumplir las metas identificadas en ese plan diseñado por cada niño.
Es por ello que hace mu- chos años existen escuelas o padres de familia que educan a sus hijos de acuerdo a los sueños de sus hijos, según sus verdaderas habilidades y potencialidades. El resultado son los actuales líderes y lideresas globales. Hoy día todos están cercanos a los veinte. Están seguros del oficio que les dejará grandes satisfacciones en el futuro, basados en un deseo que tuvieron a los cinco años.
Un ejemplo de ello es el jovencito norteamericano Char
les Orgbon III, que desde los 10 años lideró el cambio de su escuela Mill Creek High School en Dacula - Georgia encontrando la solución a todos los problemas ambientales de la comunidad, involucrando a muchos más en estos esfuerzos. Creó y dirigió la organización estudiantil llamada Earth Savers Club y cuando tenía 12 años desarrolló grandes proyectos como la plantación del jardín comunitario, el programa de reciclaje escolar y como gran logro la integración de temas de educación ambiental en el currículo oficial de la escuela.
Desde muy niño había encontrado la pasión por resolver los problemas ambientales. Esa seguridad de creer en sus planes le permitió enfrentar el gran rechazo y el bullying o acoso escolar de sus compañeros por dedicarse con conciencia al manejo de las basuras de la escuela a tan temprana edad.
Hoy día tiene 20 años, estudia economía y gestión ambiental en la Universidad de Georgia, es fotógrafo, guitarrista y catalogado como uno de los 10 jóvenes más influyentes de los Estados Unidos. Habla sobre liderazgo juvenil, justicia ambiental y diversidad. Ha dictado más de 100 discursos sobre estos temas y ha recibido más de 31 premios locales, nacionales e internacionales.
Es CEO de la organización Greening Forward, dirigida por jóvenes para jóvenes, entre 5 a 25 años, a hacer una diferencia y cambiar ambientalmente su barrio mediante el establecimiento de asociaciones estratégicas con los interesados para aprovechar las oportunidades y resolver sus propios problemas ambientales relacionados con manejo de residuos, uso eficiente del agua y reforestación.
Estos jóvenes voluntarios de colegios y universidades entrenan y financian a 2.000 jóvenes de 50 organizaciones sociales en más de 15 comunidades que impactan además a otros 10.000 miembros.
En Colombia también existen muchos líderes capaces del cambio y que han visto sus sueños de infancia cumplirse. La clave está en mantener estos emprendimientos en el transcurso de sus vidas con la formación y estudio e influyendo con el ejemplo y respeto por el conocimiento tradicional y comunitario de sus padres, abuelos y familia. En definitiva este mundo y el país deben ser de los niños, es decir, de los soñadores.
Mientras tanto y ya cercano a mis cincuenta pero con los mismos sueños de cuando tenía cinco, esperaremos a que Charles llegue a Colombia en los próximos días
En Colombia también existen muchos líderes capaces del cambio y que han visto sus sueños de infancia cumplirse.