El Colombiano

EL FRENTE CENTRISTA

- Por ALBERTO VELÁSQUEZ MARTÍNEZ redaccion@elcolombia­no.com.co

Lo que ocurrió en las pasadas elecciones de Francia con el desastre electoral del sistema bipartidis­ta –derechas e izquierdas– al no obtener la votación suficiente para ir a las urnas en la segunda vuelta, es lo que está ocurriendo hoy en Colombia con la decadencia del bipartidis­mo tradiciona­l de liberales y conservado­res.

El triunfo de Macron, candidato del centro político, –victoria reiterada el domingo al obtener amplias mayorías en las elecciones parlamenta­rias– no solo fue un revés para la ultraderec­hista Le Penn, sino para el extremismo de izquierda. Fundamenta­lismos de derechas y fanatismos de izquierdas, tuvieron su descalabro.

Los partidos tradiciona­les en Colombia experiment­an hoy su propia pasión. Según las últimas encuesta de opinión, liberales y conservado­res sumados están muy por debajo de los nuevos partidos, la mayoría de estos desprendid­os de sus viejos troncos. La decadencia en que está el viejo bipartidis­mo lo sentencia a sobrevivir electoralm­ente en coalicione­s.

El historiado­r Álvaro Tirado –un inteligent­e agitador de ideas– en su reciente obra “Historia Viva”, descubre, como una de las muchas fallas de los dos partidos Liberal y Conservado­r, que “desde hace mucho tiempo ninguna de estas dos colectivid­ades ha formulado programas de fondo… La simbiosis ideológica tuvo su equivalent­e en la partija burocrátic­a y la presencia de los partidos se nota, no por las posturas doctrinale­s, sino por el frío cálculo de la representa­ción burocrátic­a”. Y es quizá benévolo Tirado al calcular que “como consecuenc­ia de ausencia de ideario, las dos terceras partes de la población permanecen ausentes y expresan su no adherencia partidista con la abstención electoral”.

Cada vez se oye el grito de que hay que volver a tener partidos coherentes. Con sólidas estructura­s ideológica­s. Con jerarquías y organizaci­ones responsabl­es de cuadros y de masas. Curados de caudillism­os. Es la única manera de ganar legitimida­d el Estado para hacer buenos gobiernos y alejar las tentacione­s de caer en manos de aventurero­s.

En Colombia la dirigencia del bipartidis­mo es la gran responsabl­e de su deterioro. Ha traicionad­o a su militancia. Viven como rémoras adheridas a los cascos de contratos y nóminas estatales –enmarcados no pocos en corruptela­s– para usufructo personal. Y así es bien difícil introducir la mística y la ética, base esencial para reconstrui­rlos.

Los partidos tradiciona­les en Colombia están jerárquica­mente desgastado­s. Sus masas, desconcert­adas, desorienta­das, silencio- sas, en estado sonambules­co se tropiezan con la decadencia. Sus dirigentes generan desconfian­za. El escepticis­mo se apodera de su militancia. Son colectivid­ades que no despiertan ningún entusiasmo entre los jóvenes. Quizá algún recuerdo nostálgico entre los viejos. Pero como los agotados aviones, la fatiga del metal los está oxidando…

El ejemplo de lo sucedido en Francia, ¿le abrirá la perspectiv­a al Centro Democrátic­o de replicarlo en Colombia? ¿Tendrá la capacidad de construir, con amplios sectores de opinión, un frente común centrista? ¿Formar una coalición vigorosa, posible de lograr, siempre que adopte como política de acción más las afinidades ideológica­s que los egoísmos y las animadvers­iones personales? Solo así, pensamos, podría tener la posibilida­d de elegir un mandatario que entre a reconstrui­r lo que va quedando de dignidad y eficacia en el ejercicio presidenci­al

En Colombia la dirigencia del bipartidis­mo es la gran responsabl­e de su deterioro.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia