El mundo es su casa real
“La visión internacional de los jóvenes empresarios de alto impacto está en su esencia. Ellos crean empresa no solo para resolver los problemas de su barrio y comunidad cercana, sino que de entrada contemplan resolver los del país y el mundo. Es una visión mucho más amplia que la de los empresarios tradicionales. Una meta de los es conocer el mundo, lo tienen en su cabeza y para ellos termina siendo su casa, quieren viajar y vivir experiencias. Es un esquema diferente al modelo de los empresarios tradicionales. Se puede decir que una primera característica de estos jóvenes es que son más universales. Un segundo elemento relevante es que son personas muy sensibles a los problemas sociales. No necesariamente están pensando en ganar plata, pero se dan cuenta que esa solución que proponen puede ser escalable y exitosa en el mercado. Este factor hace que las empresas, además de nacer globales, tengan énfasis en lo social (resolver problemas) y después, en el negocio. De otro lado, como son personas que viven un tiempo más acelerado deben saber enfrentar el reto de no desanimarse en el camino, pero varios de ellos persisten y logran alcanzar su objetivo. El piensa así: ‘no quiero ganar un millón de dólares, quiero resolver un problema a un millón de personas’. Lo paradójico es que en ese camino de solucionarle la vida a muchos, normalmente consiguen más del millón de dólares. Así esta generación de empresarios viven una economía más compartida, en un mundo orientado a los servicios, no al acumular bienes, sino a tener cómo viajar por el mundo y sumar experiencias. Esto hace que sus propuestas empresariales se muevan en diferentes sectores que agregan más valor.