El Colombiano

CARTA PARA EL FINAL DE UN DÍA CUALQUIERA

- Por MANUELA ZÁRATE @manuelazar­ate

No dejes que pase un día sin hacer algo que amas. Que no llegue la noche y no hayas alimentado esa parte de tu vida que te hace sentir invencible, ese aspecto de ti que te hace único, que cuando hablas de ello hace que brillen los ojos de alguien que te quiere sin medida. Aprovecha cada momento para abrazar duro, si es posible hasta los huesos, a alguien por quien profesas un amor sin egoísmo. A tus hijos, a un amigo querido, a alguien que sin que lo esperaras hizo lo que pocas personas se habrían atrevido a hacer por ti.

No pierdas la oportunida­d de entregarte a una cau- sa así sea perdida.

Lee todo lo que puedas, menos lo que no conecta con lo profundo de tu alma. Consume aquello que te impulse, que te inspire, que conecte con lo más profundo de tu memoria, que te haga recordar los momentos más bellos y más duros de tu infancia, que te haga sentir el peso de tu propia historia, no como una carga, sino la piedra angular de las páginas en blanco que aún estás escribiend­o.

Aprende algo nuevo cada vez que puedas. No pierdas el contacto con la función del aprendiz, con el que está en el primer escalón de una gran empresa. Trata de no perder la noción de lo que son los comienzos, de escuchar a alguien que sabe, de tener metas que para unos son ínfimas pero que para ti son como escalar la montaña más alta del mundo. Date la oportunida­d de adquirir una destreza nueva, de conocer gente a quien le apasiona algo que hasta hace poco era desconocid­o para ti. Deja que aparezca en tu vida ese nuevo horizonte.

Escucha música, la que amas, la que nunca te había dicho mayor cosa. Sigue tus impulsos, tu corazón, tu instinto. Se solidario con quien lo necesita, no te guardes las palabras de consuelo, tampoco des por sentado que nadie va a valorar tus gestos. Trata de pasar tiempo solo. De caminar por la calle, tomarte una copa de vino, ver una película.

Sé brutalment­e honesto contigo mismo. No tengas miedo de arrepentir­te ni mucho menos de comenzar de nuevo. Escucha consejos, pero no dejes que las críticas te detengan.

Trata de buscar un balance entre la calma y la buena marcha. No corras, pero no dejes que la vida te pase por encima. Comparte lo que tengas, con quien tienes cerca, con el mendigo. Sé consecuent­e con la gente, pero no hagas aquello que no quieres hacer, te debes a ti mismo y cada día que dejas de recorrer tu camino por andar el de otro es un día perdido. Sé buena compañía, pero déjate acompañar. Pide ayuda cuando la necesites y ofrécela lo más que puedas. Imagina. Sueña. Y en la medida de lo posible y por más difíciles que sean las circunstan­cias sonríe. (Texto completo:elcolombia­no.com.co)

Pide ayuda cuando la necesites y ofrécela lo más que puedas. Comparte lo que tengas, con quien tienes cerca, con el mendigo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia