EDUCACIÓN SUPERIOR PARA TODOS
¿Cómo lograr que en un país como Colombia, los miles de jóvenes que sueñan con estudiar una carrera universitaria pero que no cuentan con los recursos para costearla, lo hagan? Por muchos años la respuesta a esta pregunta fueron la universidades públicas con una filosofía en la cual todas las personas, sin importar sus ingresos, pudieran ingresar a la educación superior; sin embargo, las universidades públicas del país más que cumplir con su propósito, se han convertido en lugares elitistas donde solo pueden estudiar quienes tengan los mejores resultados en el examen de admisión dejando a los otros miles por fuera.
El problema de las univer- sidades públicas es que acaparan billones de pesos en recursos administrados deficientemente. Recursos que destinados a un sistema de becas en universidades privadas podrían garantizar el ingreso al doble de las personas. El presupuesto de la Universidad de Antioquia por ejemplo para el año 2017 es de 1 billón 55 mil millones de pesos, para una cobertura de 39 mil estudiantes. Con ese mismo dinero, se le podrían dar becas a 75 mil estudiantes por 7 millones de pesos el semestre en universidades privadas, una diferencia de 36 mil personas, es decir, con lo que le cuesta a la Universidad de Antioquia la educación de 39 mil estudiantes se le puede dar edu- cación de calidad a casi el doble de jóvenes. ¿ Acaso el principal fin de las políticas económico-educativas no es garantizar el ingreso a la universidad a la mayor cantidad de personas posibles?
El poder educarse es la posibilidad que tiene un joven de desarrollar todo su potencial y aportarle a la sociedad. Es una pena que lo único que se interponga entre la realización de miles de jóvenes y sus sueños, sean las universidades públicas, que con su burócrata administración, se la niegan. El país debe pensar si sus prioridades son: mantener instituciones derrochadoras o permitir que miles de jóvenes puedan educarse.