HACERSE EL MUERTO
“Cuando el enemigo ofrece oportunidades, aprovéchalas inmediatamente. Entérate primero de lo que pretende, y después anticípate a él. Mantén la disciplina y adáptate al enemigo, para determinar el resultado de la guerra. Así, al principio eres como una doncella y el enemigo abre sus puertas; entonces, tú eres como una liebre suelta, y el enemigo no podrá expulsarte”. Del capítulo XI de El Arte de la Guerra de Sun Tzu.
La oficina de Seguridad Nacional contra el terrorismo del Reino Unido, (NACTSO) por sus iniciales en inglés, recomienda que en caso de verse involucrado en un ataque terrorista, hacerse el muerto no es buena idea. Pero si eres terrorista en un país “gobernado” como “nunca antes”, fingirlo resulta ventajoso.
La semana pasada, durante la falsa y tramposa “dejación total” de las armas del “otrora” cartel narcoterrorista, los cómplices de la impunipaz anunciaron a los cuatro vientos el fin del conflicto y la muerte de la guerra. Supuestamente sin armas, fundamentales para cualquier bandido, el “otrora” grupo delictivo pasaba a mejor vida. Y de verdad que van a vivir como “nunca antes”.
La tanatosis es una táctica defensiva común entre algunos animales y también humanos, aunque la diferencia no siempre resulte obvia, mediante la cual ante una situación de tensión o peligro se aparenta estar muerto para buscar que el enemigo desista de convertirte en su alimento. Simulando inmovilidad y otros signos clínicos mortuorios, además de dar la apariencia de incapacidad de reacción, el enemigo cambia de objetivo, dándole al comediante la posibilidad de huir o cumplir el suyo. La culebra Natrix natrix infla su vientre para simular la hinchazón que producen los gases de la descomposición, deja la lengua afuera, vuelve las pupilas hacia abajo y sangra un poco por la boca para fingir que dejó de ser un peligro.
El anterior gobernante advirtió repetidamente que “la culebra” guerrillera, aunque debilitada, no estaba muerta. Pero con la falsa entrega de 100% de cualquier cifra, no importa si dicha cifra se la inventa el delincuente, el gobierno, algunos promotores del proceso, medios, miembros del episcopado, academia, cortes y generales para quienes 7 es lo mismo que 14, quieren convencernos de que la culebra dejó de ser una amenaza. Ahora supuestamente “muertos” para la guerra, y como no hay muerto malo y los muertos no tienen que pagar sus deudas, libres, ricos y armados podrán cumplir sin riesgos sus verdaderos objetivos: lavar su fortuna, controlar el territorio, tomarse el poder político y desmantelar a las fuerzas armadas. Sin enemigo armado, ¿para qué tantos soldados?
Si de verdad quisieran desarmarse, la cantidad de contenedores con municiones tendrían que ser más que los de las armas. ¿Por qué nadie habla de las municiones? Fácil. Lo que mata son las balas y con ellas, mucho dinero y los fusiles escondidos o los que pueden comprar, seguirán haciendo lo que en 50 años hicieron.
¿Y la alcahueta ONU? Muerta de la risa