La Guerra de los Rosados
Dicen enólogos, como Mario Puchulú Giacca, que es más difícil elaborar un gran vino rosado que un vino tinto. Se preguntaría uno el por qué de esa aseveración y la respuesta radica en la dificultad para elegir la cepa adecuada, el aporte de taninos, el ensamblaje de las cepas, el porcentaje de cada uva en la elaboración y el tono preferido. En Europa, por lo general, se opta más por el rosa pálido, mientras que los vinos del nuevo mundo se acercan al tono cereza, más colorido, pero con mayor riesgo de perder frescura. El mercado de los rosados mejoró en Colombia desde hace tres años, cuando la moda puso en las mesas de los restaurantes, a las 3 o 4 de la tarde, botellas frías, con algo de queso en tabla, pizzas mozzarella e incluso, carnes blancas o ensaladas verdes para acompañarlos. Mujeres y hombres por igual brindaron con el rosado, en copas húmedas por la condensación y pulularon sonrisas blancas de labios carmesí, que reían mientras las botellas de rosés, quedaban vacías. Hoy la competencia por los rosados se ha decantado aún más. La fiebre no cesa por tomar un buen rosé, pero es indiscutible que la calidad impera y que los caldos tuvieron que cambiar. Por una lado aparecen vinos como Gallardía del Itata, de De Martino, un rosé excepcional, con características elegantes y de gran amabilidad en la boca y por otra parte, Montes Cherub, un ícono de los rosados en el mundo, catalogado por muchos, como lo mejor en el mercado colombiano. Cherub presenta un 2017 con un significativo cambio en el color del vino, ahora quiere ser más tono salmón, más claro, se adapta a la lucha por permanecer como el mejor en su casta. Queremos poner en consideración las bondades de cada uno y que sea usted, como consumidor, quien elija cuál lo acompañará en esa tarde calurosa con amigos o en ese espacio delicioso, antes de llevar las carnes al asador.
Conceptos Zonas de cultivo
Gallardía del Itata se elabora con uvas que crecen en el valle de Guariligüe, en Coelemu. Veintidós kilómetros lo separan del océano Pacífico y quinientos de Santiago de Chile. Posee suelos de granito y respetan las técnicas de cultivo ancestrales como el uso del caballo como herramienta de trabajo. Es un viñedo con treinta años de antigüedad. Montes Cherub proviene de la finca “El Arcángel” ubicada en el valle de Marchigüe, donde predominan los suelos de granito y de arrastre glacial. Tanto la Syrah como la Grenache son conducidas en espaldera vertical y las vides son manejadas con un óptimo nivel de follaje hasta la cosecha para lograr la relación azúcar/acidez deseada.
Vinificación
Gallardía del Itata tiene una maceración muy corta con la piel, luego se fermenta con levaduras nativas a 20 grados centígrados. Montes Cherub se prensa de forma inmediata para evitar la extracción excesiva de color. Luego de ser prensada la uva, se deja en un estanque entre 12 y 18 horas antes de ser retirada la borra. La fermentación es de quince días, con levaduras comerciales inoculadas.
Guarda
El Montes Cherub se sugiere guardar en lugar fresco y seco a no más de 15 grados centígrados. Al servir se recomienda de 12 a 13 grados de temperatura. No requiere decantación. Gallardía del Itata también es sugerido guardarlo de igual manera al Cherub y servirlo en las mismas condiciones.
Grados de alcohol
Gallardía del Itata presenta 13.5 grados mientras que Montes Cherub ofrece 12.8 grados.
Maridaje
Por supuesto que los quesos frescos van bien con los dos vinos. La pizza mozzarella, el salmón en salsa de champiñones, el sushi, las paellas delicadas, pastas con camarones o los canelones y la lasaña, seguro le aportarán el acompañamiento perfecto a estos dos grandes vinos rosados.
La conclusión
La última palabra la tendrá usted al degustar estos vinos. De nuestra parte solo queda decir que Gallardía del Itata y su elaboración con uva Cinsault apunta a un vino de gusto europeo, con frescura y baja cantidad de taninos. Es una excelente opción para un día caluroso. Por otra parte Montes Cherub es la elegancia, la etiqueta de los rosados. Era un vino de rosa profundo, ahora la casa Montes presenta un vino claro y cristalino, que quiere conquistar el día a día de las mesas colombianas y abrirse campo entre los paladares franceses con una tonalidad menos latina y más del viejo mundo.