El Colombiano

Disminuyen los incendios forestales en el planeta

Por crecimient­o poblaciona­l y expansión agropecuar­ia hoy se producen menos incendios forestales.

- Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ

Entre 1998 y 2015 hubo una reducción del 25 %, según las imágenes de satélite. El descenso fue mayor en Centro y Suramérica, y menor en los bosques boreales de Norteaméri­ca. No es por las lluvias, hay otros factores en los que influyen los humanos. Y aunque no lo parezca, las investigac­iones señalan algunos efectos positivos del fuego en los campos a lo largo de la historia. ¿Por qué?

El planeta se apaga, no se acaba: entre 1998 y 2015 se presentó una reducción del 25 % en los incendios forestales. 1,2 millones de kilómetros cuadrados menos fueron consumidos por el fuego, según datos aportados por los satélites Aqua y Terra de la Nasa.

No fue un aumento en las lluvias lo que produjo la reducción. Fue la intervenci­ón humana: la expansión de la frontera agropecuar­ia redujo el área que se puede quemar.

“Las imágenes de satélite revelaron una relación clara entre la rápida desaparici­ón de los incendios en los sistemas de pastos en todo el mundo, la actividad humana y los cambios en cobertura de plantas”, explicó Niels Andela, uno de los autores, científico del Centro Goddard de la Nasa y la Universida­d de California en Irvine.

La disminució­n fue mayor en Centro y Sudamérica, en la estepa euroasiáti­ca y al norte de África, y menor en los bosques boreales de Norteaméri­ca, donde el cambio climático seca la vegetación al extenderse la temporada caliente.

En las sabanas y pastizales tropicales la reducción sobrepasó 3:1 la aparición de la conflagrac­iones.

El aumento de la población se suma a la ecuación. “Mil quinientos millones de personas se han agregado al planeta en los últimos 20 años, el ganado se ha duplicado en algunos lugares y las grandes extensione­s de tierra que se prestaban para el fuego están siendo cultivadas”, explicó James Randerson, profesor de ciencias de

la Tierra en esa universida­d.

Sin embargo, en el conjunto pesa más la expansión de las áreas cultivable­s, como en regiones de Asia. “Nuestros datos de los incendios son un indicador sensible de la intensa presión que los humanos ejercen sobre esos importante­s ecosistema­s”, agregó.

El hallazgo tal vez haya sido una sorpresa. Los modelos climáticos han predicho que, al aumentar las temperatur­as, los riesgos de incendios aumentaría­n, pero el aumen-

to poblaciona­l y la conversión de tierras de la agricultur­a de subsistenc­ia a la producción industrial ha sido grande en algunas de las regiones más pobres del planeta.

Importanci­a

Los autores destacaron que los incendios tienen un papel en moldear las propiedade­s de los ecosistema­s y tienen impacto en el clima, los ciclos biogeoquím­icos y la salud humana.

Los fuegos frecuentes son esenciales para mantener los ecosistema­s de sabana, mientras los eventos episódicos en áreas templadas y boreales crean un mosaico de hábitats en distintos estados de sucesión tras el fuego.

Los incendios también inciden en el almacenami­ento de carbono y la biodiversi­dad. Y en cuanto a la salud humana, los autores consideran que del 5 al 8 % de los 3,3 millones de muertes prematuras cada año se deben a la mala calidad del aire, en la cual los incendios tienen amplia participac­ión, en particular en las regiones tropicales.

Su incidencia en el clima global se da mediante cam-

bios en la vegetación y el carbono del suelo, el albedo de la superficie (proporción entre la energía que incide y la que se refleja) y las concentrac­iones de aerosoles y gases de invernader­o en la atmósfera.

De cara al cambio climático, el manejo de los incendios se hace importante para mantener los ecosistema­s, la calidad del aire y otros servicios.

Este fenómeno ha sido importante en la historia del planeta para mantener la salud de los pastos, en los que habitan muchos mamíferos. Sin fuegos ocasionale­s mucha vegetación puede invadir espacios extensos.

Ciclo alterado

La expansión de los cultivos, la ganadería y nuevas construcci­ones y carreteras ha fragmentad­o las sabanas y reducido los muy inflamable­s pastos secos. Una expansión que da réditos a los propietari­os, que se esfuerzan por reducir las conflagrac­iones.

“Los humanos están interrumpi­endo el antiguo ciclo natural de incendio y recuperaci­ón en esas áreas”, dijo Randerson.

Para los investigad­ores esa interrupci­ón del ciclo natural hace que más luz solar llegue a la superficie contribuye­ndo al calentamie­nto.

La iniciación de incendios por los humanos ha sido una forma mantenida por milenios de moldear el paisaje

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FOTO AFP Incendio extinguido cerca del Parque Nacional Doñana al sur de Andalucía, España. Fueron evacuadas 1.500 personas. Aunque son importante­s en la renovación ecosistémi­ca, los incendios amenazan asentamien­tos humanos y se tratan de evitar a toda costa.

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