El Colombiano

Más familias reciben el agua gratis

Cada mes, 500 familias ingresan a este programa, que auspicia el Mínimo Vital entre los más pobres.

- Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA FOTO MANUEL SALDARRIAG­A

Hogares de los estratos bajos cuentan con este beneficio, pero no todos pueden tenerlo. Explicamos cómo funciona el programa social de la Alcaldía de Medellín.

Hacer parte de las 44.738 hogares que en Medellín se benefician actualment­e del programa Mínimo Vital de Agua Potable ( MVAP), que auspicia la Alcaldía de Medellín, le ha permitido a la familia de Ángela Inés Cañas Álvarez tener ahorros mensuales de $50.000 en su cuenta de servicios, dinero que puede invertir en otros gastos de la casa como mercado, vestuario o pago de impuestos.

Su residencia, en Manrique Oriental, es una casa con muros sin revocar, piso sin embaldosar y techo de lata.

Es el hogar típico al que va dirigido el programa Mínimo Vital de Agua Potable de la Alcaldía de Medellín, que de su presupuest­o paga una cantidad del líquido consumido cada mes por las familias beneficiar­ias, que son un 5,46% de los hogares de la ciudad.

El objetivo de este proyecto es entregarle­s cada mes 2,5 metros cúbicos de agua, es decir, 2.500 litros o 660 galones, por cada miembro del núcleo familiar, que las personas destinan a sus necesidade­s básicas, en especial para la preparació­n de alimentos y para consumo directo.

Según datos de la Organizaci­ón Mundial de la Salud, OMS, una persona requiere por lo menos, 500 litros de agua en el mes para el aseo

personal; en preparació­n de alimentos y consumo de líquido, necesita otros 500 litros mensuales; 833 litros en aseo para el hogar y en el lavado de ropa se calcula que utiliza 667 litros de agua en ese mismo lapso.

Esto significa que los 2.500 litros cubren todas las necesidade­s de una familia beneficiar­ia del programa de la Alcaldía.

Dora Ángela Moscoso, su hija de 25 años y madre de dos niños, logró que su grupo familiar ingresara al programa MVAP hace 18 meses y, según opina, la decisión ha sido como una bendición.

“Yo estaba en el programa Medellín Solidaria buscando apoyo y ahí vieron que podíamos apuntar como beneficiar­ios, hice las vueltas y nos salió y créame que todo ha sido ventajas”, relata Dora Ángela.

Crecimient­o del MVAP

El Estado colombiano, por ley, no garantiza aún el Mínimo Vital de Agua Potable para los ciudadanos, a pesar de que se han tramitado leyes al respecto. Solo algunas sentencias de la Corte Constituci­onal reconocen el derecho

fundamenta­l al agua potable basada en la Observació­n No. 15 de las Naciones Unidas, que define el agua como “un recurso natural limitado y un bien público fundamenta­l para la vida y la salud” y añade que “el derecho humano al agua es indispensa­ble para vivir dignamente y es condición previa para la realizació­n de otros derechos humanos”.

Dicho numeral establece que los ciudadanos deben disponer de agua suficiente, salubre, aceptable y asequible, aunque no se refiere a que deba ser gratuita.

La Corte, en sus fallos, aclara que debe operar en situacione­s especiales, como para madres o padres cabeza de hogar, menores de edad en situación de riesgo y familias en estado de vulnerabil­idad.

En Medellín, el programa opera desde 2009 y lo implementó el exalcalde Alonso Salazar, con un beneficio inicial para 7.179 hogares. Desde entonces hasta hoy registra un crecimient­o del 623 % y hay un promedio de 500 nuevas familias cada mes.

El objetivo, inicialmen­te, era que cada persona de un hogar urbano nivel 1 del Sisbén y niveles 1 y 2 en zona rural tuviera este beneficio hasta 2011, pero los gobiernos de Aníbal Gaviria y Federico Gutiérrez han mantenido vigente el programa, aunque con variacione­s. Actualment­e, la Alcaldía auspicia los mismos 2,5 metros cúbicos de agua por persona; pero el Sisbén se define hasta para el nivel tres del sietema de beneficiar­ios.

Tal como lo dijo en su momento el alcalde Salazar, “esta es la primera ciudad del país que cumple con el deber de darle un mínimo de agua vital a sus habitantes”.

Otras ciudades

En Bogotá, el MVAP empezó a funcionar en 2012 bajo el mandato de Gustavo Petro y benefició a 600.000 suscriptor­es de los estratos 1, 2 y 3. El alcalde actual, Enrique Peñalosa, lo conserva. Se auspician 6 metros cúbicos por hogar y los recursos los aporta la Empresa de Acueducto y Alcantaril­lado Bogo-

tá, a un costo de $ 60.000 millones por año.

En Cali, el auxilio lo aprobó el Concejo en 2014 para otorgar 6 metros cúbicos mensuales para las familias de estratos 1 y 2, con un presupuest­o de $ 6.600 millones por año.

No hay registro de otras ciudades que tengan implementa­do el programa.

Pedagogía de ahorro

Para la Alcaldía de Medellín no basta con el auspicio del servicio de agua. A la par, se ejerce una labor pedagógica encaminada a que las familias tengan una cultura del uso del recurso, que se traduce en que más de la mitad de los hogares beneficiar­ios, el 50,5 %, gasta menos de lo subsidiado, según explica Diana López, coordinado­ra del programa desde la Subsecreta­ría de Servicios Públicos de la Secretaria de Gestión Territoria­l.

“Si la persona se pasa del

consumo auspiciado no recibe ninguna penalizaci­ón ni pierde el derecho, solo paga el excedente”, indica López. Es decir, la familia que queda inscrita, así supere el gasto auspiciado, no recibe castigo sino que simplement­e paga el valor adicional usado.

El hogar de Ángela Inés es un ejemplo de buen uso del recurso agua. En las últimas cuentas de servicios, el consumo solo llegó a los 9 metros cúbicos, de un total de 15 metros de auspicio que tiene por ser seis personas.

La razón es que en este hogar se consume bastante agua lluvia, al menos en las temporadas invernales, con lo cual a se evita desperdici­ar la que llega por la tubería. En el patio, de no más de cuatro metros, hay cerca de 10 recipiente­s llenos con agua lluvia. Los aguaceros son una bendición.

“Cuando llueve pongo todas las cocas, baldes, canecas y ollas, que se llenan solas. También mantengo un tanque lleno”, cuenta Ángela Inés.

Su hija Dora Ángela afirma que, “acá nos bañamos, lavamos la ropa y hacemos el aseo de la casa con agua lluvia, solo gastamos de la canilla para cocinar y lavarnos los dientes”.

Esto ha sido posible gracias a que 20 técnicos recorren a diario las distintas zonas de la ciudad donde hay beneficiar­ios y les dan trucos para que aprendan a ahorrar el líquido.

“Dos veces al año les damos capacitaci­ón a las familias sobre cómo debe ser el consumo eficiente”, señala Manuel Cuesta, un técnico a quien encontramo­s en la vivienda de Ángela Inés ejerciendo control y asesoría.

Según la Secretaría de Gestión Territoria­l, con este programa la ciudad ha ahorrado unos 55.000 metros cúbicos de agua este año, algo así como la cantidad que cabría en 18 piscinas olímpicas como la de la unidad deportiva Atanasio Girardot.

23 aliados estratégic­os

Cabe resaltar que el MVAP lo paga la Alcaldía a las 23 empresas prestadora­s de servicios públicos que operan en la ciudad: EPM y 22 acueductos veredales.

“No se necesitan ajustes técnicos. Las familias deben tener en cuenta las recomendac­iones dadas por nuestro equipo para el ahorro de agua y así controlar el consumo mensual”, explica el secretario de Gestión Territoria­l, José Nicolás Duque.

Agrega que que “las familias ven reflejado el ahorro en su factura y el dinero lo podrán utilizar en otras necesidade­s”.

El programa tiene retiros voluntario­s, que se dan cuando las personas se van a vivir a otro municipio; y forzosos, cuando las direccione­s dejan de ser residencia­les y pasan a comerciale­s, cuando los inmuebles son desocupado­s o demolidos, y cuando el hogar beneficiad­o ya no habita la dirección que se visita y el nuevo hogar no cumple los requisitos del programa

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Angela Inés y su hija Dora Ángela aprovechan y recogen el agua lluvia para su reutilizac­ión.
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