¿Referendo legitimará a la oposición?
La MUD espera que la cifra de venezolanos que expresen su rechazo el 16 de julio supere ampliamente las filas llamadas por el chavismo a votar el 30.
Fuerzas políticas contrarias a Maduro en Venezuela se aferran a su lucha simbólica para deslegitimar al régimen, que busca imponer la Constituyente. Expertos analizan la coyuntura.
Justo cuando empieza la cuenta regresiva de menos de un mes hacia la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por el régimen de Nicolás Maduro, la oposición convocó a un referendo con el que pretende demostrar que el pueblo venezolano no la respalda.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) afirmó que el referendo se realizará el 16 de julio y tendrá como objetivo hacer tres preguntas a los venezolanos: ¿Apoya usted que Nicolás Maduro continúe como presidente?; ¿Está de acuerdo con una Constituyente comunal?; y ¿Cuál debe ser el papel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) ante la violación de la Constitución?
Sin aclarar más detalles técnicos y jurídicos de la consulta —se enmarcará como una iniciativa cívica y no vinculante, que por supuesto no tendrá el aval del Consejo Nacional Electoral, controlado por el régimen—, el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, argumentó el lunes los motivos que llevaron a la MUD a utilizar ese mecanismo: “que sea el pueblo quien decida si respalda la renovación de los poderes públicos que se encuentran al margen de la Constitución, además de la conformación de un gobierno de unidad nacional y la realización de elecciones transparentes”.
El opositor aseguró que tal acción es amparada por el artículo 71, que faculta al Legislativo para convocar referendos “sobre materias de especial trascendencia nacional”, y el 350, que refrenda el derecho del pueblo a desconocer cualquier régimen que contraríe los principios democráticos.
Pero ¿tendrá algún efecto real esta consulta sobre la política venezolana? ¿podría ayudar en algo a cambiar la precaria situación que vive el pueblo del país vecino? EL COLOMBIANO consultó con expertos para intentar resolver estos interrogantes y descifrar lo que busca la oposición con dicha estrategia.
Voz al pueblo
El diputado Carlos Berrizbeitía aseguró a este diario que la Asamblea Nacional estará aprobando y formalizando esta convocatoria el día de hoy. “Seguro que el poder electoral no nos va
a prestar ningún tipo de ayuda porque sabemos perfectamente que tanto este como el poder judicial están en la nómina del chavismo. Por tanto realizaremos el referendo de forma cívica en todo el país y en casi 100 ciudades en el exterior”, dijo.
El objetivo es demostrar a Venezuela y el mundo que el pueblo está contra la realización de dicha Constituyente y, por ende, a favor de un cambio de régimen que permita el retorno de las libertades políticas y la democracia.
“Queremos que la participación sea ciudadana, porque ya esto se escapó de todo control político por parte de los partidos. Consideramos que el problema debe ser resuelto por toda la sociedad venezolana y por eso queremos utilizar esa herramienta”, agregó.
El umbral que espera superar la oposición el 16 de julio es de los 7,7 millones de votos, la cifra lograda por la MUD en las elecciones legislativas de diciembre de 2015. De hecho, aspira acercarse a 10 millones y obtener así más de la mitad de apoyos de los electores inscriptos en el país (19 millones).
Batalla de legitimidad
Un reparo que se le ha hecho reiteradamente a la oposición venezolana es que sus acciones no se han traducido en avances hacia un cambio significativo en las críticas condiciones de vida que sacuden al pueblo. Es decir, su agenda de calle se ha reiterado ya durante años, pero la estrategia no parece plasmarse en logros palpables.
Alfonso Hernández, politólogo y docente de la Universidad del Zulia, augura un referendo similar, sin un impacto contun-
dente sobre el curso político de Venezuela: “es un mecanismo más, sin efectos que pudieran cambiar la decisión del régimen de realizar una Asamblea Nacional Constituyente. La oposición, durante los últimos años, ha estado en un laberinto porque no encuentra una estrategia eficaz para enfrentar al gobierno”.
Pero Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, ve el vaso de la oposición medio lleno: “el chavismo tiene aún secuestrados los poderes judicial y electoral, pero está en franco retroceso. Maduro no tiene el mismo liderazgo de Hugo Chávez. Prueba de ello son las constantes salidas en falso del régimen. Hablar de que lo que ‘no se puede con los votos se hará con las armas’, implica para el mundo que hay un retroceso democrático en ese país. Ya prácticamente nadie defiende al chavismo por este tipo de cosas. Todas esas batallas simbólicas tienen un valor y van a acrecentarse en julio. Lo que hace la oposición es legitimarse”.
En ese juego de legitimidad, la MUD tiene clara ventaja sobre el régimen. Al punto de que puede que Maduro logre su objetivo de realizar una Asamblea Nacional Constituyente, pero como augura Rodríguez “eso no necesariamente implica que el chavismo vaya a establecer una nueva Constitución”. La casi nula legitimidad que esta tenga no bastaría para el pueblo