La ayuda no aplica para servicios cortados
Aunque al programa Mínimo Vital de Agua Potable ( MVAP) se le reconocen plenamente las bondades, también hay quienes le piden ajustes para que su beneficio se extienda a más personas y familias y las beneficiarias, a su vez, sean en realidad las personas más necesitadas.
Javier Gaviria Betancur, presidente de la Liga de Usuarios de Servicios Públicos de Antioquia, señala que los primeros beneficiarios con este servicio deberían ser los desconectados, que son las personas que por no haber podido pagar las cuentas de servicios, estos les han sido cortados.
“Creemos que los desconectados son los que más necesitan la ayuda, porque son las personas que por su condición de pobreza y dificultades económicas no tienen capacidad de pago, y hoy no pueden recibir esta ayuda”, advierte Gaviria Betancur.
Según el último registro de su entidad, actualmente hay 45.000 hogares de Medellín que no tienen servicio de agua, 52.000 que no tienen energía y 20.000 que no tienen suministro de gas. La cifra representa más del 10 por ciento de los hogares de la ciudad, recalca Gaviria Betancur.
El directivo también pide que se analice la extensión del servicio a los estratos dos y tres, ya que, según las estadísticas que maneja la Liga de Usuarios, “recientemente hubo una reestratificación y
se redujo bastante el estrato uno, y en los últimos cinco años se pasó del 20 por ciento al 12 en las facturas”, aseguró.
Este tema es tan preocupante para los ciudadanos, que será el asunto central a tratar en un encuentro de ligas de usuarios de servicios públicos del país que se realizará en la ciudad de Cali a mediados de julio.
Pero pese a las críticas o reparos pidiendo ajustes, el presidente de la Liga de Usuarios paisa admite que el MVAP es altamente positivo como política pública de la ciudad y que deber mantenerse como política pública para garantizar su permanencia.
La concejal Luz María Múnera ha pedido que el auspicio también cubra “a quienes
reciben el líquido de las pilas públicas de agua”.
Contra la pobreza
En su momento, el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la universidad Eafit, Jorge Giraldo Ramírez, planteó la medida de “impecable desde el punto de vista de la lucha contra la pobreza
y por la equidad social”, pero cuestionó que inicialmente se hubiera implementado solo hasta 2011, cuando “este tipo de políticas tiene vocación de perdurabilidad y así deben ser calculadas”.
Su observación, para fortuna de los más pobres de Medellín, tuvo eco, ya que el programa sigue vigente y no
fue tumbado por los gobiernos posteriores al del exalcalde Alonso Salazar.
Hay que advertir que aunque el programa podría ser desmontado o reformado por un nuevo mandatario, el clamor ciudadano es que no solo se mantenga sino que se extienda a más beneficiarios de estratos bajos