Récord de Javier Zapata en el foso de clavados.
Javier Zapata se alista para un reality. Ayer superó otro desafío extremo.
Acada instante, Matías le preguntaba lo mismo. “¿Ya te vas a lanzar papá?” Y Javier le decía: “Estoy esperando a unos amigos”. Matías aprovechaba para observar los lanzamientos de los saltadores olímpicos Víctor Ortega y Sebastián Villa, quienes realizaban los últimos entrenamientos antes del viaje al Mundial de natación en Budapest. El pequeño le decía a su padre, uno de los deportistas extremos más reconocidos del país: “Me quiero lanzar”, y se ubicaba frente a él, que recibía recomendaciones de los expertos. Los amigos empezaron a llegar, al igual que periodistas y camarógrafos, que con algunas personas que se salieron de sus clases de natación se convirtieron en los espectadores y animadores del arriesgado hombre del trial, que parece no tener límites. Ya con todo listo y su bicicleta equipada con las medidas de seguridad empezó el reto de Zapata. Primero se lanzó desde los cinco metros y todo salió perfecto. Con el sol en su esplendor ingresó al agua y se escucharon tímidos aplausos. Matías, abajo, cerca de la piscina, saltaba y no paraba de gritar: “¡Sigue el otro!” De inmediato Javier subió a la plataforma de siete metros, pero al mirar desde arriba hacia donde iba a caer sintió ansiedad y pidió “palmas” para animarse.
Tardó unos segundos y de nuevo saltó: “Tragué un poco de agua”, expresó en medio de risas al salir de la piscina.
Llegó el momento cumbre, los 10 metros, y la espera fue más larga. Miró en varias ocasiones hacia el fondo, y Lina
Orrego, la sicóloga de la Liga de Natación, le lanzó un salvavidas: “No mires hacia abajo, visualiza la superficie para que te puedas lanzar”.
Javier le hizo una seña de aprobación con el pulgar y se lanzó. “La caída desde los 10 metros se me hizo eterna, mi admiración y respeto para estos campeones”, sentenció Zapata en medio de aplausos y un abrazo con su pequeño.
Con gran pericia
El técnico Wilson Molina, que practicó el trial y es experto en clavados, resaltó la osadía y pericia de Zapata.
“El último salto fue el mejor -anotó Molina-, además de la precisión, amortiguó la caída y tuvo el control de la bicicleta, es muy arriesgado porque el ingreso al agua, si no se da de una manera precisa, te puede generar una lesión o un accidente”.
Así, con audacia y riesgo, Javier se sigue preparando para el reality de talentos al que fue invitado en Estados Unidos como único representante de Colombia