LAS RIÑAS: OTRA FORMA DE VIOLENCIA QUE CONTINÚA
La violencia que tiene lugar en las relaciones interpersonales muestra una reducción en Colombia. Según el Forensis, en 2016 hubo 123.298, con una pequeña deducción de 3.505 casos. No obstante, para Carlos Barrios, investigador del Laboratorio de Pedagogía Social de la Universidad Nacional, no se trata de una noticia del todo buena, en la medida que la violencia persiste y muestra que no hay las estrategias suficientes para que la sociedad colombiana dirima los conflictos con argumentos. El informe también muestra que los hombres son dos veces más vulnerables a este tipo de violencia y los factores de riesgo aumentan cuando las personas cumplen con las siguientes características: jóvenes entre los 20 a 24 años, solteros, con nivel de educación inferior a básica secundaria o secundaria baja, consumidores de sustancias psicoactivas. Para Barrios, no es fortuito que sean los más jóvenes aquellos que más se involucran en riñas. Según explica, cuando hay vulneraciones al núcleo familiar, que según la Constitución se consagra como la
institución básica de la sociedad, los sujetos que están en formación son los más afectados. Barrios habla de una “desintegración de los valores de la sociedad” que surge de la familia y que hace que los más jóvenes sean más propensos a manifestaciones de violencia en entornos como el hogar, los colegios, el transporte público o los grupos de amigos. El experto añade que tampoco existe una verdadera interiorización del Código de Infancia y Adolescencia, específicamente de la parte que menciona que ellos tienen derecho a participar de manera activa en las decisiones públicas que los afectan. “Muchos se resguardan en una oferta ilegal que les muestra qué hacer con su vida”, dice Barrios.