Mandatarios piden un comercio más justo del grano
Las 25 millones de familias que viven de cultivar café en el mundo en 60 países solo podrán pensar en la sostenibilidad social y ambiental, si resuelven primero la económica.
Y según los presidentes de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, y de Honduras, Juan Orlando Hernández, hay un claro desequilibrio en la rentabilidad del negocio global de café, en contra de la sostenibilidad de los caficultores.
Así se desprende de sus intervenciones durante el primer día del Foro Mundial de Productores de Café, que concluye este miércoles en Medellín.
“El tema aquí es cuánto le queda al productor por cada taza de café que se vende en Europa o Nueva York (…) se queda con una mínima parte de la rentabilidad, el resto de la cadena no le reconoce su trabajo, necesitamos un comercio justo”, aseguró el presidente de Honduras, al quejarse de los bajos precios internacionales del grano, que se cotiza en los mercados de futuros de las bolsas de Nueva York y Londres.
El mandatario, proveniente de una familia cafetera, agregó que debería impulsarse una iniciativa mundial para que los consumidores de café decidan a quien comprarle, en función de cómo estén remunerando a los productores que les venden el grano.
Por su parte, el presidente de Costa Rica alertó que el cultivo debe migrar hacia la aplicación de un nuevo paradigma productivo, en que otros actores de la cadena de valor aporten nuevas tecnologías para saber responder a los efectos del cambio climático.
“Hay que dar un tratamiento integral y equilibrado de toda la cadena, de la planta a la taza, que no abandone a la familia cafetera, sino que la ponga en el centro, para que se distribuya riqueza y no pobreza”, dijo Solís.
El presidente hondureño concluyó que si no se presta atención a que el productor tenga un ingreso acorde con su trabajo, no verá una rentabilidad que le permita seguir en el cultivo, la producción caerá y los tostadores y comercializadores se quedarán sin café