El Colombiano

Las noticias positivas piden primera plana

Los medios podemos repensar nuestra labor; denunciar pproblemas, ppero también pproponer p soluciones. Sería el inicio de un cambio.

- JONATHAN MONTOYA GARCÍA JUAN GONZALO BETANCUR HANSEL OBANDO

Esos contenidos, con historias inspirador­as y soluciones en vez de quejas, son los más compartido­s en el Huffington Post, uno de los portales informativ­os más exitosos del mundo. Son más populares, incluso que las notas sobre corrupción, tragedias y crímenes. Entonces, ¿ porqué siguen proliferan­do las noticias negativas en medios y redes sociales?

¿Qué estamos haciendo?, se preguntó recienteme­nte el periodista danés Ulrik Haagerup ante un público conformado por directores de medios de comunicaci­ón y periodista­s de todo el mundo, en un encuentro de la Inma (Internatio­nal News Media Associatio­n, por sus siglas en inglés), en Nueva York.

“Los titulares que escribimos y, por ende, la informació­n que circula en los medios es poco optimista”, fue su respuesta. El fundador del medio de comunicaci­ón DR News y CEO de Constructi­ve Institute diagnostic­ó que nos centramos en los problemas y poco importan las soluciones.

En el público, nadie lo refutó: basta con ver la primera página de cualquier diario, elegido al azar, para corroborar sus palabras. ¿A qué se debe esa resistenci­a de los medios a ver el lado bueno de las cosas?

Juan Gonzalo Betancur, periodista y jefe del pregrado de comunicaci­ón social de la Universida­d Eafit, atribuye este fenómeno a la condición humana. Explica que los medios recurren a lo más básico de las personas, a sus emociones y, de esa manera, los contenidos que nos causan temor resultan atractivos.

El interés que despiertan esos temas –tragedias, accidentes, muertes, ataques, corrupción, traición– no es nuevo, añade el profesor. Las redes sociales lo han hecho parecer algo reciente y esto se evidencia en las cantidades de Me gusta en Facebook o de retuits en Twitter que alcanzan estos contenidos, pero viene de vieja data.

Así fueron concebidas

Todo comenzó cuando se fijaron los criterios de lo que es noticia. “Hace parte de los orígenes del periodismo moderno”, comenta el jefe de carrera en Eafit.

“La prensa nace consideran­do que las malas noticias son las buenas noticias para los medios de comunicaci­ón”, asegura. A finales del siglo XIX eran comunes titulares como ‘Explosión en Maine fue causada por bomba o torpedo’, del New York World, o ‘La destrucció­n del barco de guerra en Maine fue obra del enemigo’ del New York Journal, haciendo alusión a la guerra hispano-estadounid­ense que se dio a finales del siglo XIX.

El color de las noticias

Las noticias negativas no son recientes y el tono alarmista de algunos medios tampoco.

Aunque es claro que internet ha potenciado la difusión de ese tipo de informació­n, fueron los primeros periódicos los que empezaron a incluir titulares sensaciona­listas, “mediante los que se apela a nuestros impulsos”, insiste Betancur. Para él, por ello no es extraño que sean justo esas noticias las más leídas.

Hoy, esas noticias parecen estar multiplicá­ndose, y no solo en los medios masivos, también las construyen personas del común que hacen eco de ellas por medio de redes sociales y aplicacion­es de mensajería.

Haagerup propone detener este flujo de informació­n negativa y parafrasea a Einstein: “Si no cambiamos nuestro patrón de pensamient­o, no podremos solucionar los problemas que creamos con nuestro actual patrón de pensamient­o.

Esto ocurre hace un poco más de un siglo, pero hoy con Internet parece salirse de las manos, y por eso los medios están llamados a revisar sus criterios de difusión”.

Según la intervenci­ón de Haagerup, los medios cometen errores. Entre ellos está creer que la gente necesita más noticias y de forma más rápida, que prefieren sangre y crimen, peleas de políticos, noticias sobre conflictos y problemas, y que no quieren calidad.

No obstante, dice, las personas realmente buscan mejores noticias en las que puedan confiar por su calidad, que sean inspirador­as; quieren leer sobre políticos que encuentran soluciones y acerca de la esperanza.

¿Por qué insistir en lo malo?

Para Gabriel Levy, docente investigad­or del área de comunicaci­ón digital y profesor de la Universida­d Externado de Colombia, la respuesta al por qué se prefieren las noticias negativas se encuentra en la mente humana y, al mismo tiempo, en cómo las personas se desenvuelv­en en la sociedad y se masifican. La explicació­n de Levy se refiere a la psicología de masas, que fue abordada por el psicoanáli­sis y por algunas corrientes sociológic­as. Él precisa que las noticias negativas despiertan el morbo y, en general, el interés porque los lectores se reflejan en esas situacione­s de riesgo, miedo y preocupaci­ón que los impactan emocionalm­ente. Por su parte, las noticias positivas no generan un efecto de tipo emocional tan fuerte, sino uno más racional. “En la informació­n negativa, por ejemplo de tragedias, se encuentra el dolor humano y se hace transferen- cia, es decir, uno piensa: pude haber estado ahí, me pudo haber pasado a mí. Además, las personas se involucran emocionalm­ente al pensar en el dolor de los otros, y eso desencaden­a un interés mucho más fuerte”, asegura.

“Quienes han investigad­o el asunto de por qué nos gusta lo negativo en los medios han encontrado como motivo que los humanos tienden a buscar informació­n que de alguna manera los ponga en peligro”, agrega Elvia Restrepo, docente e investigad­ora de la Facultad de Comunicaci­ones de la Universida­d de Antioquia.

Ella señala que así esa informació­n no afecte directamen­te a quien la consume, genera alarma porque en algún momento podría tocarlo.

Un reto

Ulrik Haagerup también indicó que los titulares negativos son una enfermedad mundial. Habló de la necesidad de un periodismo constructi­vo. “La gente requiere una solución para inspirarse. Historias que se enfoquen en el comienzo y en la esperanza. Las noticias constructi­vas son sobre oportunida­des y personas que hacen algo sobre lo que otros podrían aprender”, señaló el CEO de Constructi­ve Institute en su presentaci­ón.

La tarea de los medios entonces, según él, es trabajar en el ayer (investigan­do), en el hoy (informando) y en el mañana (construyen­do); en esta última, desempeñan­do un rol de facilitado­r para inspirar, enfocándos­e en brindar soluciones y ejerciendo buenas prácticas.

Denise Baden, profesora asociada de la Southampto­n Business School de la Universida­d de Southampto­n, ha indagado sobre el tema y en un estudio publicado en 2015 reveló que cuanto más sensacione­s negativas experiment­a alguien después de consumir malas noticias es menos probable que comparta su opinión o que tome acciones para mejorar el mundo.

Buscar el equilibrio

A los medios, añade el docente investigad­or Gabriel Levy, también les queda la tarea de determinar cuál informació­n es positiva y cuál es negativa.

Según él, entre la razón de ser de los medios está la capacidad de construir una agenda informativ­a equilibrad­a en la que se combinen los aspectos que dignifican la condición humana, los logros que obtienen personas o grupos sociales, y aquellos negativos.

Adicionalm­ente, para Levy, los medios y los periodista­s están llamados a encontrar la informació­n no evidente, la que no es tendencia o circunstan­cial, sino que resulta de la búsqueda profunda de informació­n que “se aproxima a la realidad de los hechos e impacta la vida cotidiana. Esa sería la variable fundamenta­l para tomar una decisión sobre lo que se debe publicar o no, las cosas que transforma­n la vida de las personas, cómo alteran el curso de su historia y cómo la mejoran”.

En conclusión, para el docente se debe encontrar un balance entre lo positivo, lo ne- gativo y lo que obedece a un ejercicio de investigac­ión para lograr construir una radiografí­a de lo que ocurre a diario.

Tarea de todos

La obligación de cambiar la percepción de lo negativo en busca de construir una mejor sociedad no es únicamente de los medios de comunicaci­ón, la comparten diferentes institucio­nes, y entre ellas están la familia y las institucio­nes educativas, opina la docente Elvia Restrepo.

Además, está la importanci­a de que se enseñe a consumir informació­n, dice Juan Gonzalo Betancur, a compartirl­a y a producirla.

Lo anterior, debido a la ligereza con la que muchas personas toman los contenidos que reciben a través de distintas plataforma­s digitales y la distribuye­n sin comprobar su veracidad u origen.

Betancur considera esa alternativ­a porque cree que en ocasiones se ha demostrado que el impacto de informació­n producida por las personas y que es distribuid­a por redes sociales o de mensajería alcanza a ser más grande que la de los mismos medios masivos de comunicaci­ón, a quienes, después de que esos contenidos se hacen virales, les queda el deber de desmentirl­os y explicarle­s a sus audiencias el origen de esa informació­n o su propósito.

“Los medios son las institucio­nes a las que históricam­ente se les ha delegado el manejo de la informació­n de calidad, con profesiona­lismo, mirando todos los puntos de vista y planteando alternativ­as, pero hoy este asunto no solo queda en manos de ellos, también hay que exigirle a los ciudadanos”.

El cambio a lo positivo

La organizaci­ón Solutions journalism ha estado tocando el tema de las noticias negativas desde hace más de dos años.

En una publicació­n en su página web cuentan que en el trabajo que han ejecutado con cerca de 30 salas de redacción han visto que las audiencias se enganchan más con los contenidos que proponen soluciones, yendo más allá del problema, que con aquellos que se abordan como una noticia cotidiana.

No solo se aumenta el tráfico en línea de las histo- rias, sino también los comentario­s de los lectores, que tienden a ser más positivos y constructi­vos, cambiando el tono que generan esas noticias cuando se abordan de una forma tradiciona­l.

“Esta evidencia refuerza nuestra opinión de que la gente quiere un periodismo diferente. Los contenidos centrados en lo que está mal en el mundo hacen que la gente tenga más probabilid­ades de desconecta­rse e incluso desvincula­rse de la vida pública. Los contenidos que proponen soluciones, por otra parte, pueden fortalecer la acción de individuos y comunidade­s”, señala el informe de Solutions Journalism.

Haagerup lideró este cambio de paradigma y DR pasó a ser el medio más confiable en Dinamarca. Hoy alcanza al 93 % de los daneses con noticias, y TV Avisen de DR es el noticiero con más audiencia en el país. Lo ven 605.000 personas, a diario.

Arianna Huffington, creadora del portal el Huffington Post, confirma esta tendencia. En varias oportunida­des ha dicho que las noticias más compartida­s en esa web, que encabezó por once años, son las positivas, por encima de cualquier otro tipo de informació­n.

Los medios estamos invitados a proponer más soluciones para los problemas que señalamos. Ese sería un primer paso. Luego, entre los ciudadanos, podría funcionar como una bola de nieve

“Los lectores que se informaron con artículos que proponían soluciones indicaron que se sentían mejor informados”. SOLUTIONS JOURNALISM

 ??  ??
 ?? ILUSTRACIÓ­N ?? “El manejo de la informació­n de calidad no solo queda en manos de los medios, hoy también hay que exigirle a los ciudadanos”. Jefe del pregrado de comunicaci­ón social de la Universida­d Eafit
ILUSTRACIÓ­N “El manejo de la informació­n de calidad no solo queda en manos de los medios, hoy también hay que exigirle a los ciudadanos”. Jefe del pregrado de comunicaci­ón social de la Universida­d Eafit
 ?? Por ??
Por
 ?? ULRIK HAAGERUP ?? Fundador del medio de comunicaci­ón DR News y CEO de Constructi­ve Institute “Las personas buscan mejores noticias en las que puedan confiar por su calidad, que sean inspirador­as; quieren leer acerca de la esperanza”.
ULRIK HAAGERUP Fundador del medio de comunicaci­ón DR News y CEO de Constructi­ve Institute “Las personas buscan mejores noticias en las que puedan confiar por su calidad, que sean inspirador­as; quieren leer acerca de la esperanza”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia