El Colombiano

Fallecimie­nto de Xiaobo golpea al mundo pero no al régimen chino

- Por DANIEL ARMIROLA R.

El suceso más diciente sobre los efectos políticos que deja el fallecimie­nto del Nobel de Paz y disidente chino Liu Xiaobo, se pudo ver en Nueva York, sede de las Naciones Unidas. El secretario general del máximo ente internacio­nal, António Guterres, lamentó el deceso pero no criticó las décadas de persecució­n y aislamient­o que, por culpa del régimen chino, este tuvo que sufrir.

“El secretario general está profundame­nte triste por el fallecimie­nto de Liu y traslada sus condolenci­as a su familia y amigos. Por el momento no tenemos más nada que decir”, dijo en rueda de prensa su portavoz, Stephane Dujarric.

La única voz que insistió en la lucha que representa­ba Xiaobo fue de menor rango. El responsabl­e de la comisión de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, describió a Liu como “la figura emblemátic­a de la paz y la democracia en China” y urgió a Pekín a autorizar a la poetisa Liu Xia, viuda de Xiaobo, a viajar fuera del país.

Desde las potencias, Alemania, Francia y Estados Unidos reaccionar­on de forma crítica, coincidien­do especialme­nte en la necesidad de que Xia sea

puesta en libertad: “lamento la muerte de Liu Xiaobo, un valiente luchador por los derechos cívicos y la libertad de expresión”, dijo la canciller alemana, Angela Merkel, según informó su portavoz, Steffen Seibert. “China está obligada ahora a responder, de forma transparen­te y creíble, a la pregunta de si la enfermedad no debería haberse tratado mucho antes”, dijo también el ministro de Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel.

Ni Tiananmen logró avances

Pero más allá de los discursos y las condolenci­as que recibió Xiaobo, ¿cuál fue su importanci­a en la historia china? Sin duda, revisando su trayectori­a, se puede ver que se trató de uno de los principale­s intelectua­les del movimiento ciudadano que se vio plasmado en las protestas de la Plaza de Tiananmen en 1989.

Liu estudió Literatura china y a mediados de los ochenta ya era profesor en una de las universida­des más prestigios­as de Pekín. Sus columnas y publicacio­nes críticas incomodaro­n desde esos años al régimen.

El 15 de abril de 1989, al inicio de las recordadas protestas, Xiaobo se encontraba en Nueva York participan­do en conversato­rios. A pesar de la tensa situación, el escritor decidió sumarse a la protesta y regresó a su nación. Desde entonces todo fue constante persecució­n y encarcelam­iento para él.

En diálogo con EL COLOMBIANO, Mauricio Jaramillo Jassir, docente de la Facultad de Relaciones Internacio­nales de la Universida­d del Rosario, consideró que “el deceso de Xiaobo tiene sin cuidado al régimen comunista. Dicho estado está blindado de la presión internacio­nal y se ha acostumbra­do a ello en más de medio siglo. Gracias al enfoque pragmático en lo económico, el Partido Comunista ha logrado mantener control absoluto de lo político, mientras que el globo se acostumbró a la idea de que el gigante no es un referente de los derechos humanos. Si ni las protestas de Tiananmen o la represión de los Uigures afectaron su posición, este deceso tampoco influirá para un cambio”

Newspapers in Spanish

Newspapers from Colombia