El Colombiano

LA GUERRA CONTRA NUESTROS BOSQUES

- Por RAMIRO VELÁSQUEZ GÓMEZ ramirove@elcolombia­no.com.co

Se conmueve más el país por el cambio de trabajo de un futbolista, que por la tragedia que viven nuestros bosques, que nos afecta a todos.

Desde 1990 se han talado cerca de 6 millones de hectáreas, algo así como el departamen­to de Antioquia.

El año pasado, en más de la mitad del territorio, en 732 municipios se taló al menos una hectárea, pero la mayor parte se concentra en la Amazonia, el 34 % del total.

Al país solo le queda 52 % de territorio boscoso, el bosque donde está la vida y el agua que nos sustentan. Un porcentaje que se reduce a pasos acelerados.

Si se miran los mapas del Ideam, solo la Amazonia y el llamado Chocó Biogeográf­ico tienen la mayor parte en verde. El resto es un peladero o hacia allá va.

Mientras el gobernador de Antioquia Luis Pérez anda ‘desesperad­o’ por el lío con Bajirá, ahí en la misma Urabá está uno de los focos activos de mayor deforestac­ión, lo cual no le merece una palabra, como tampoco que el nordeste contribuya con el 8 % de la tala ni que en su departamen­to y bajo su mandato se talen algo más de dos hectáreas de selva cada hora.

Todos pasan de agache, incluso al presidente Juan Ma

nuel Santos que prometió al mundo reducir a cero la deforestac­ión en Amazonia a 2020 (obvio, imposible cumplir ni amañando cifras) y de reducir 20 % las emisiones nacionales de gases de invernader­o a las cuales la deforestac­ión galopante aporta el 35 %.

Sí, es un mal chiste tanta indiferenc­ia así con el paso del tiempo lleguen los lamentos.

El Instituto Humboldt reveló que solo en esos ocho grandes focos de deforestac­ión están amenazadas al menos 2.700 especies de fauna y flora. Eso, porque no se conoce toda nuestra biodiversi­dad, pues se han preferido las acti- vidades que rasguen la tierra y a ellas va el dinero. No en vano el presidente sugirió destinar recursos de ciencia de las regalías para abrir carreteras.

Y con la salida de las Farc de territorio­s que ocupaban, han comenzado a entrar en desbandada grupos criminales que andan talando la Amazonia y aumentando la deforestac­ión del Chocó con la minería, ahora con otro foco en el sur de esa región.

¿Qué país somos que hacer la paz con la insurgenci­a sea declararle­s la guerra a nuestros recursos naturales, con lo cual alejamos la paz total? Y así como los muertos del conflicto solo generaban indiferenc­ia, parece que la caída de los árboles también.

Anestesia general

Al país solo le queda 52 % de territorio boscoso, el bosque donde están la vida y el agua.

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