Alianzas público - privadas, claves para el futuro cafetero.
Plataforma Global de Café señala soluciones colaborativas en pro de una cadena mundial del grano.
En una esquina están los cultivadores de café de 60 países reclamando mejor remuneración por parte de intermediarios y distribuidores. Desde la otra esquina responden industrias tostadoras, comercializadores y distribuidores que pagarán más, si hay cafés de mejor calidad.
En esta contienda mundial sin árbitro están dos espectadores: los gobiernos de naciones productoras con aprietos fiscales y anunciando paños de agua tibia para el sector. Entre tanto, los consumidores crecen y quieren tomar más tazas.
Por fuera del cuadrilátero hay una entidad neutral creada en Suiza, llamada Plataforma Global del Café (GCP, por su sigla en inglés) que levanta carteles recordando a los enfrentados tres cosas: uno, se debe construir una visión común para que el negocio del café sea sostenible; dos, urgen iniciativas colaborativas para mejorar condiciones de vida y ambientales en zonas productoras; 3, existen unas prácticas sostenibles de referencia para cultivar y procesar el grano.
Con esta analogía se resume el panorama actual, evidenciado en el Primer Foro Mundial de Productores de Café, que se realizó la semana anterior en Medellín y que tuvo entre sus invitadas principales a Annette Pensel, directora de la GCP, que trabaja en ocho países con agentes públicos y privados, incluido Colombia.
Esta experta en comercio internacional y cooperación para el desarrollo sostenible lleva más de una década promoviendo alianzas públicoprivadas entre actores del negocio del café. Así respondió a EL COLOMBIANO:
¿Qué hace la GCP para conciliar las diferencias entre los eslabones de la cadena?
“Vemos que hay una fragmentación de iniciativas entre empresas y gobiernos. Por eso trabajamos en acordar unas prioridades frente a la sostenibilidad verdadera del café y organizarnos mejor frente a una meta compartida a la que queramos llegar”.
¿Es viable la propuesta de que la industria remunere mejor al productor?
“Hay mecanismos que se pueden analizar y explorar, pero no aplicar de inmediato. Hay que ser más realistas, pues estas discusiones deben darse sobre hechos y no percepciones o buenas intenciones”.
¿Ve dispuestas a la industria del café a tomar este camino?
“La industria ha tenido el control del negocio en las últimas décadas, pero debe entender que una sostenibilidad económica verdadera los obliga a mirar más allá de su propio negocio y pensar en las comunidades cafeteras y ejecutar acciones concretas y a mayor escala”.
Mientras eso pasa, ¿qué deben hacer los productores?
“Deben organizarse mejor y tener claro que su sostenibilidad parte por ellos mismos, pues hay unas leyes de mercado que no es viable ahora modificar en la formación de precios de los mercados. Por eso pueden desde ya aplicar prácticas que ya funcionan en distintas partes del mundo para aumentar la productividad, mejorar calidad del café, buscar más asociatividad para ganar capacidad de negociación con los compradores y no ser tan vulnerables, así como juntarse en la obtención de créditos y la compra a escala de insumos, lo que ayuda a bajar sus costos operativos”.
Justamente, la financiación es uno de los temas críticos de los productores: unos están muy endeudados y otros no califican para los bancos, ¿qué hacer?
“Los productores deben asociarse o difícilmente un banco les va a prestar de forma individual. Ya hay experiencias positivas en que se asocian y cuentan con una garantía oficial para disminuir el riesgo crediticio. Lo importante es que estos proyectos aislados se den a mayor escala”