Los fondos de EE. UU. a Colombia subirían 25 %
Aunque Trump solicitó una reducción del 35 5 %, una comisión de la Cámara alienta aumento.
Aunque Donald Trump planteó en mayo un presupuesto de 251 millones de dólares, la Comisión de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, desde donde se inicia el trámite legislativo para avalar la ayuda exterior de Washington, pide destinar 335,925 millones de dólares. El énfasis está en el posconflicto y la lucha contra el narcotráfico. Faltan dos pasos para la aprobación.
La propuesta de la Casa Blanca de mayo pasado, en la que se planteaba que el presupuesto de Estados Unidos para Colombia fuera de 251 millones de dólares (35 % menos de lo aprobado en el último año de Barack Obama) tuvo un giro.
La Comisión de Apropiaciones de la Cámara de Representantes, desde donde se inicia el trámite legislativo para aprobar la ayuda exterior de EE. UU., presentó su propuesta y pidió destinar 335,925 millones de dólares para Colombia, 25 % más de lo sugerido por el presidente Donald Trump.
Aunque es apenas el comienzo de una serie de discusiones en la Cámara de Representantes y el Senado, que deberán votar un proyecto final en los próximos tres meses, el incremento es señal de que tanto en el Partido Demócrata como en el Republicano (ambos presentes en la Comisión) hay consenso sobre la urgencia de invertir en Colombia, valor que Trump había desestimado con su pedido de mayo.
Según muestra el proyecto, los recursos pretenden ser destinados para apoyar los esfuerzos del Gobierno de Colombia en la lucha contra el tráfico de estupefacientes, contra las organizaciones reconocidas como terroristas en el extranjero y contra los actos criminales de grupos armados.
De igual forma, reza el documento, los dineros apoyarán programas para la erradicación de drogas, para mejorar la seguridad y estabilidad en Colombia, el derecho y acceso a la justicia, el desarrollo económico y social, “incluso mejorando el acceso a las zonas afectados por los conflictos a través del desminado y para poner en práctica un acuerdo de paz del Gobierno de Colombia con los grupos armados.
Eso sí, advierte la Comisión, “ninguno” de los fondos aprobados podrán ser destinados a programas relacionados para el pago de reparaciones a las víctimas del conflicto o a los combatientes desmovilizados asociados con un acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y los grupos armados ilegales”.
Buenas señales
De acuerdo con Sebastián Bitar, internacionalista de la Universidad de Los Andes, experto en las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, el incremento muestra un indicio de lo que representantes de ambos partidos quieren y priorizarán. De igual forma, es clara la división entre el Legislativo y el Ejecutivo en EE. UU., cuyas propuestas de presupuesto distan en 85 millones de dólares.
“En el Ejecutivo de Washington hay buena relación con la Presidencia de Colombia, pero es claro que Colombia no es prioridad para la Casa Blanca, por eso hay que ir a donde los congresistas, que finalmente son los que aprueban el presupuesto”
Christopher Sabatini, inter- nacionalista de la Universidad de Columbia experto en asuntos de América Latina, afirma que la propuesta de Trump era solo un preámbulo, mientras la de la Comisión “es estable y representa el reconocimiento de los intereses nacionales de Estados Unidos, entre los que está la realidad de Colombia”. De hecho, añade, es probable que cuando el proyecto llegue a votación en la Cámara se aumenta más el rubro para este país, “y todavía más en el Senado, que ha mostrado en la tradición democrá-
tica defender incluso más los intereses del Estado”.
Posibles tropiezos
“Es una buena señal, pero hay mucho que hacer todavía, queda mucha discusión pendiente”, advierte Marc Chernick, director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown, y añade que si bien hay un apoyo bipartidista a Colombia en el Congreso, sus decisiones dependen de las políticas del momento, que ahora se centran en la votación de una reforma a la salud.
De igual forma, comenta Bitar, hay una preocupación en Washington por el incremento del cultivo de la coca, que según la ONU subió 52 % en 2016. “Todavía no hay un pronunciamiento abierto de castigo hacia Colombia, pero los congresistas sí hablan con oficiales colombianos por ese aumento”, asevera.
A lo anterior se suma que podrían surgir diferencias entre las bancadas del Congreso. “Los republicanos podrían seguir el pedido de Trump de recortar la ayuda exterior o van a querer hacer más énfasis, para el caso de Colombia, en la lucha contra los cultivos ilícitos que en otros aspectos, como la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz), por la que se podrían inclinar más los demócratas”, sugiere Chernick.
Sobre ello, el exembajador de Colombia en Estados Unidos Juan Carlos Pinzón, que según le reveló a EL COLOMBIANO, dialogó con cerca de 180 congresistas de Estados Unidos para que apoyaran un incremento en el presupuesto a Colombia, dice que notó en ellos, sin importar su afiliación política, una misma preocupación: que su país vaya a dejar de incidir a nivel internacional.
Aunque el exdiplomático está convencido de que habrá consenso entre demócratas y republicanos y que la reducción de presupuesto no tiene acogida entre los legisladores, en el escenario de que no se logre acuerdo, por ley, se resolverá dar continuidad al presupuesto aprobado para 2017, en el que, por suerte, Colombia logró un incremento del 20 % de los recursos