La calidad de la semilla es protagonista en el cultivo
En la producción de cualquier cultivo lo primero que influye es la zona de vía donde se realiza, que sea óptima, así como el tipo de suelo, la pendiente de terreno y su textura. También el contenido de nutrientes nativo del suelo, el clima bajo el que se establece (si es periodo seco o de buena distribución de lluvias) hacen la diferencia. Para saber las bondades del terreno se debe hacer un análisis de suelo en laboratorio certificado, que permita determinar el contenido específico de nutrientes. En cuanto al clima, es vital saber en qué época sembrará, si es de invierno el cultivo se verá más afectado, con menos horas luz y así afecta su fotosíntesis, por ende la producción. En este caso se refiere a la tuberización (números de papas) y engrose (tamaño de las papas), elementos que dan el rendimiento del cultivo. Igual pasa en tiempo seco, afectando a la planta con menor desarrollo. Además, los dos extremos desarrollan enfermedades. Por ejemplo, en invierno se da la conocida “gota”, que ocasiona menos rendimiento. Otro factor negativo es la presencia de plagas, que también limitan el rendimiento del cultivo. Sin embargo, un elemento fundamental y que a veces los productores pasan por alto es la semilla, que tenga calidad sanitaria y certificación. Si hay alguna de menor calidad, con mal almacenamiento previo, va a dar a menos rendimiento. Así las cosas, son varios factores los que influyen en el éxito de un cultivo y apenas el fertilizante es uno de ellos. Es de anotar que las plantas toman 16 elementos para su desarrollo completo. El carbono, hidrógeno y oxígeno lo cogen del ambiente (agua y CO2), pero el resto se debe proveer. Para eso son los fertilizantes y los más convencionales son los que tienen nitrógeno, fósforo y potasio, pero quedan faltando otros secundarios como calcio, magnesio, azufre, zinc, entre otros. De ahí que las cantidades que uno debe poner en el cultivo sean acordes a las extracción. Nada se gana el productor poniendo un fertilizante de óptimas condiciones si tiene mala semilla, o el sembrado presenta enfermedades foliares, o si tiene problemas de suelo o si tiene excesos de agua, que lavan el cultivo y arrastra los nutrientes.