PELIGROSA VENTAJA DE DESHONESTOS EN EL DEPORTE
La globalización favorece el consumo de nuevos componentes químicos con efectos similares al de las drogas en el deporte profesional. El sentido primitivo del deporte se ha transformado desde que se descubrió que este podía ser un negocio muy rentable para las grandes empresas multinacionales. El actual modelo no tiene en cuenta las múltiples formas deportivas que enriquecen el mundo y ofrecen una diversidad social y cultural que la globalización está eliminando.
El deporte es un componente más del mercado económico global. Los deportistas son ahora profesionales, pertenecen a una élite creada por los medios de comunicación y la industria del entretenimiento. Hay una inmensa frontera entre los deportistas aficionados y los profesionales. La línea divisoria la marca, en muchos casos, el consumo de sustancias dopantes.
La máxima del “todo vale y cuanto más mejor” se cumple también en el deporte. Los grandes ídolos deportivos tienen contratos publicitarios millonarios y están sometidos a grandes presiones para amortizar costes.
El traficante de los círculos deportivos no tiene escrúpulos, para él no existe la ética deportiva. Su objetivo es seleccionar deportistas de élite que se puedan convertir en súper atletas agigantados por el apoyo económico de las grandes transnacionales y la ayuda de productos químicos e incluso genéticos.
“Combinando el deporte con la cultura y la educación, el olimpismo busca crear un estilo de vida basado en el placer que surge del esfuerzo, el valor educacional de los buenos ejemplos y el respeto por principios éticos fundamentales”. Los “Principios fundamentales” de la Carta Olímpica hace tiempo que han sido desvirtuados. Ahora, los países occidentales con grandes excedentes invierten cientos de millones de dólares en infraestructuras para aspirar a ser las sedes de los grandes eventos deportivos, con manifiestas corruptelas.
La industria del entretenimiento parece justificar el dopaje en algunos casos. Los ciclistas necesitan complementos químicos para enfrentarse a las durísimas etapas de más de doscientos kilómetros sin descanso. En otros casos, se justifica la presencia de sustancias químicas en los cuerpos de los atletas con la excusa de que es el propio cuerpo del deportista el que lo produce de forma natural.
La Comisión Europea encontró las causas del dopaje deportivo en la propia idea de globalización: “los contratos cada vez más exigentes de las cadenas de televisión y de los promotores deportivos, la carrera suicida por el índice de audiencia, las excesivas recompensas económicas por la obtención de nuevos récords del mundo empujan a los atletas a prácticas contrarias a la ética deportiva”
* Centro de Colaboraciones Solidarias
El sentido primitivo del deporte se ha ido transformando desde que se descubrió que este podía ser un negocio muy rentable para las grandes multinacionales.