UN PASO DE MUCHOS METROS
Una mañana de días pasados, mientras veía a mis perros correr por el parque, escuchaba en la radio una alocución del presidente en la que, con la presencia de alcaldes de municipios del departamento de Meta, hablaba sobre el final de un conflicto largo, la culminación de un acto de guerra prolongado en un país que ha visto correr casi tanta sangre como agua hay en su territorio. Y seguro es que en Colombia hay mucha agua.
Las palabras del mandatario, aunadas a los actos (físicos y simbólicos) que ocurrieron ese día, instaban a los colombianos a recordar que “no somos un pueblo enfrentado entre sí”, a tener presente que los habitantes de este país poseemos una nueva oportunidad de construir un país sin olor a plomo, en el que la única pólvora que estalle sea la colorida de las fiestas, y la tranquilidad sobresalga ante el miedo enconado por décadas.
Yo veía a mis perros correr tranquilos por el prado, y pensaba que las tierras de este país podrían ahora ver nuevos pies sobre ellas, ver flores creciendo, ríos corriendo, animales pastando, niños jugando a ser niños, y adultos trabajando por el futuro. También pensaba que la frescura de mis mascotas esa mañana podría ser una alegoría a las futuras sonrisas nacionales, a la calma en campos y ciudades.
Seguro es que la entrega de fusiles de las Farc no es la última pieza de lego en el arma- toste colombiano que deviene. Sin embargo, sí puedo creer que es la puerta abierta a un lugar diferente; como si los 50 años pasado fueran un polvo que nos enferma, y hubiéramos ahora conseguido una escoba que puede barrer con corrección ese mugre. 7132 armas menos parecen pocas, pero en cuestión de cifras, quizá signifiquen millones de males menos para este país.
Esa mañana pensé: “¡Ca- ramba!, ya no existen las Farc. Pese a todo lo que se pueda hablar del Proceso, pese a existir compromisos que nos harán darle alguna gabela a los miembros de ese grupo, se desmanteló a una guerrilla que ha existido mucho antes de que la nueva generación de este país hubiera nacido. Pese a cualquier cosa, podemos decir que no existen más las Farc. Y aunque el camino será largo, me parece que ese es un paso de muchos metros”
Ya no existen las Farc, a mí me parece que ese es un paso de muchos metros.