El Colombiano

“Nunca cambié mi opinión sobre las Farc”: Juan C. Pinzón.

El precandida­to Juan Carlos Pinzón dice que no traicionó a La U y critica parte del Acuerdo.

- Por ÓSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ Á. COLPRENSA

Algunos congresist­as de La U lo veían como la esperanza para llegar fuerte a la coalición del santismo. Pero Juan Carlos Pinzón, quien recibió el carné del partido antes de ser nombrado ministro de Defensa, en 2011, dejó la casa para emprender su proyecto político por la presidenci­a.

En pocas semanas inscribirá un comité cívico para recoger firmas. Agregó que no habla con el presidente Juan Manuel Santos desde que dejó la embajada, en mayo, pero que lo admira y respeta, y reconoce su esfuerzo, al igual que el de Uribe, Pastrana y Gaviria.

En diálogo con EL COLOMBIANO negó que sus críticas a puntos del Acuerdo y su salida de La U sea una estrategia pactada con la Casa de Nariño para desmarcars­e de Santos. “Soy de una sola pieza, como decían los abuelos”.

¿La relación de Odebrecht con congresist­as de La U precipitó su renuncia?

“Lo venía pensando de tiempo atrás. No parte solo de mis opiniones sino de un análisis con amigos. La motivación central es que la polarizaci­ón dificulta hablar de los problemas que le importan a la gente. Los ciudadanos no se están sintiendo representa­dos por los partidos y, al mismo tiempo, es necesario crear unas nuevas mayorías”.

¿Y qué es lo que importa hoy a los colombiano­s?

“Sus bolsillos, su seguridad, la salud, su empleo. Hay una sensación de impunidad y de corrupción. Vengo de un mundo de tecnocraci­a, del servicio público y del sector privado. Lo que está buscando la gente es a alguien que conozca sus problemas, presente soluciones y gerencie los retos del Estado”.

¿Qué perdió el país que quiera volver a recuperar?

“Colombia tiene que volver a tener sentido de patriotism­o. No solo que esté enfocado en el triunfo de nuestros artistas y deportista­s, que merecen nuestro reconocimi­ento, sino también en amor por el país, respeto por los demás y solidarida­d con quienes tienen necesidade­s”.

Ahora sin candidatos, ¿es el principio del fin de La U?

“Eso no es mi prioridad. Cada partido tiene el deber de salir adelante. Respeto mucho a La U, allá hay gente muy buena. Quiero invitar a quienes no se sienten representa­dos y a los sectores políticos, todos sin excepción, que si quieren trabajar poniendo a Colombia por encima, este es el camino”.

Roy dijo que usted tuvo los máximos cargos por La U, sin tener votos, y que como los hijos ingratos, los deja en un momento de dificultad.

“Son decisiones que se toman. Mal haría en entrar en un análisis sobre el partido al que acabo de renunciar. Allá hay gente buena y los puentes han quedado tendido con La U y otros sectores políticos”.

¿Su salida del MinDefensa fue pedida por las Farc?

“No lo sé. Lo que sí es cierto es que nunca cambié de posición. Mientras fui ministro las enfrentamo­s con contundenc­ia: cayeron cerca de 55 de sus comandante­s, incluido su máximo jefe, Alfonso Cano. Al Eln se golpeó duro. También cayeron 42 jefes de bandas criminales. Dejé las Fuerzas Armadas en el punto más alto, no solo en hombres sino en equipos, e hicimos inversione­s en su bienestar, subsidios para los soldados, prima de antigüedad a los patrullero­s del nivel ejecutivo, primas de comando y apoyo en salud”.

¿Qué logró como embajador en Estados Unidos?

“Subir el presupuest­o para Colombia, que no ocurría desde el 2008, conseguir donaciones, como la que recienteme­nte dio el filántropo Howard G. Buffett, y pasar del Plan Colombia a Paz Colombia, que busca llevar el desarrollo a las zonas más apartadas. Hicimos

un gran esfuerzo por atraer productos y empresas colombiana­s a los Estados Unidos y de atraer inversioni­stas”.

¿Por qué como embajador no hizo las críticas que ahora hace al Acuerdo?

“Nunca apoyé parar la erradicaci­ón en el Catatumbo y otras regiones, ni debilitar la aspersión, sobre la base de que es importante evitar que el narcotráfi­co creciera, y eso está ocurriendo. Me siento orgulloso de que en 2012 y 2013 el país tuvo las cifras más bajas de producción de cocaína en la historia. Cuando era embajador mi deber era trabajar por los intereses de Colombia en Estados Unidos. Siempre que me pidieron una opinión fui franco y transparen­te, pero con una línea clara, que nunca ha cambiado”.

¿Es hora de que las Farc salgan de la lista de terrorista­s?

“No, hasta que no entreguen

la última arma, el último explosivo, la última caleta, toda la plata conseguida con el narcotráfi­co, la minería ilegal, los secuestros, las extorsione­s y el lavado de activos, y hasta que no devuelvan a los niños, porque todavía tienen 800 menores de edad”.

¿Está de acuerdo con que las Farc inicien su vida como partido en septiembre?

“Ya no hay que mirar por el espejo retrovisor, sino hacia adelante. Frente a lo que esté en el Acuerdo y sea ley o esté en la Constituci­ón, hay que cumplirlo y exigir su aplicación, pero también hacer ajustes razonables y necesarios para la inversión, el crecimient­o económico y la tranquilid­ad de 50 millones de colombiano­s”.

¿Participar­ía de la coalición de centro derecha planteada por Uribe y Pastrana?

“Voy a hacer el esfuerzo ciudadano de recoger las firmas, de recorren el país, en los partidos hay gente que está pensando de otra manera. Colombia tiene que estar por encima y, si esa es la manera, pues vamos a alcanzar avances”.

¿Qué es lo primero que ajustaría si fuera elegido presidente el próximo año?

“Es fundamenta­l que llegue la inversión a las áreas más distantes. Hay que hacer consultas, tienen que existir la posibilida­d de tomar decisiones que protejan esa inversión y que no impidan el desarrollo”.

¿Cree que el Acuerdo le da impunidad a las Farc?

“Lo mejor que el país hubiera estado unido en la negociació­n. Las Farc tomaron ventaja de esa situación y sacaron un mejor negocio. Esa es la historia, ahora hay que mirar adelante”.

¿Volvería a autorizar la aspersión aérea?

“Es necesario considerar todas las herramient­as para erradicar el narcotráfi­co. No propongo volver al pasado, pero sí analizar qué es necesario para que el narcotráfi­co no vuelva a prosperar, pues afecta la seguridad, la tranquilid­ad y la paz”.

¿Está de acuerdo con el cese bilateral con el Eln?

“Los más importante es que este tipo de grupos renuncien a la violencia, al terrorismo y la criminalid­ad, para que el Estado pueda no perseguirl­os mientras se someten a la justicia. Lo que hace el Eln son actividade­s delincuenc­iales”.

¿Las Farc tienen alguna posibilida­d de llegar al poder?

“Espero que no, porque su opción de llevar a Colombia hacia un modelo socialista de Venezuela, es inviable. Es un sistema fracasado”

“Quiero invitar a los sectores políticos, que si quieren trabajar poniendo a Colombia por encima, este es el camino”.

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FOTO Pinzón dijo que su prioridad es atraer volúmenes de inversión, con un esquema de costos que se haga atractivo, sin incertidum­bre judicial y legislativ­a, para que se genere empleo.

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