El Colombiano

COMENTARIO­S A UNA COLUMNA DE OPINIÓN

- Por MARCO SERMONETA*

Me dirijo a usted en referencia a la columna de opinión publicada en su diario el marte 25 de julio, titulada “Una nueva chispa en Oriente”, escrita por David Santos Gómez.

Tiene razón el señor Santos en decir que los palestinos – pero no Israel – recibieron “durante décadas una atención preferenci­al”. Esta atención especial fue siempre a costa de Israel, que por años ha sido y sigue siendo abusado en los organismos internacio­nales, secuestrad­os por la mayoría automática de los países árabes y sus aliados.

El autor, usando términos ofensivos además de engañosos hacia Israel, no hace ningún esfuerzo para ocultar parcialida­d, decir verdades a medias y pasar por alto ciertos hechos innegables. Primera entre esas, la implacable campaña de incitación, rechazo y deslegitim­ación de la misma Autoridad Palestina, la causa principal de la violencia indiscrimi­nada contra inocentes israelíes.

Un ejemplo de este terrorismo asesino, ausente de esta nota por motivos conocidos solo a su autor, lo vimos el viernes pasado cuando un palestino de 19 años se infiltró en una casa judía mientras la familia estaba cenando, celebrando el comienzo del Shabbat, y mató a puñaladas a un abuelo y a sus dos hijos, dejando a la abuela, esposa del hombre asesinado, gravemente herida.

El autor menciona el asesinato de los dos policías a manos de terrorista­s musulmanes en el Monte del Templo –lugar sagrado para judíos y cristianos también– pero no se hace la más básica de las preguntas: si para los musulmanes el Monte del Templo es tan sagrado, ¿por qué permiten que islamistas lo profanen, convirtien­do un espacio de plegaria en un escenario de terror y derramamie­nto de sangre?

El mismo tipo de referencia aireada a los temas se repite en los comentario­s sobre las medidas de seguridad tras el ataque terrorista. El autor deja de mencionar que en muchos lugares santos y de culto alrededor del mundo los detectores de metales son utilizados para proteger los devotos. Por razones conocidas solo por él, tampoco se pregunta ¿Por qué, tras la remoción de los detectores, los palestinos siguen rechazando cualquier otro tipo de medida de seguridad? ¿Será que el motivo es que las cámaras de seguridad no generan “dificultad” para los rezos sino para aquellos que quieren abusar de los lugares santos para perpetrar violencia?

Y finalmente, la más flagrante de las mentiras: la afirmación de un presunto “fortalecim­iento” de la “propuesta” de que los palestinos deben ser “expulsados”. Qué propósito podría tener un comentario tan odioso, indignante y además infundado, si no la incitación al odio contra Israel (¿y contra los judíos?). Aprovecho ese pernicioso comentario para recordar que fue el mismo Abbas que en 2013 dijo que en una resolución final del conflicto con Israel, no se vería la presencia de un solo judío en un futuro Estado palestino. No es de extrañar, entonces, que mientras Israel sigue apoyando una solución de dos Estados naciones para dos pueblos, los palestinos siguen rechazando el derecho fundamenta­l del pueblo judío a su propio Estado.

Es una verdadera lástima, estimada Directora, que alguien interpreta­ra la libertad de expresión como exención de la obligación de atenerse a los hechos. Más alarmante, de hecho, es que este columnista viole repetitiva­mente y a sabiendas este principio básico *Embajador de Israel

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