El Colombiano

Oro pierde brillo

En los municipios de Segovia y Remedios comienza a sentirse la escasez de alimentos, luego de 13 días de protestas de los mineros informales.

- Por VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ C. Enviado especial Segovia.

La protesta de mineros en los municipios de Segovia y Remedios, Nordeste de Antioquia, ajustó ayer 13 días y parece inquebrant­able.

En el local donde funciona una fonda, por el momento fuera de servicio, los líderes de la movilizaci­ón mantienen su centro de operacione­s en Segovia. Custodiado­s por la Unidad Nacional de Protección, y en medio de unos 2.000 trabajador­es que apoyan la movilizaci­ón, rechazaron las conclusion­es entregadas ayer por el Gobierno Nacional y la administra­ción departamen­tal.

Agravantes

Sin víveres ni combustibl­e, tampoco transporte público y comercio, los cerca de 40.000 habitantes de Segovia comienzan a perder la calma.

A estas dificultad­es se suma el miedo de otra noche como la del pasado lunes: una confrontac­ión entre el Esmad de la Policía y los campesinos que dejó 26 personas heridas.

Fuera del casco urbano el miedo y la zozobra aumentan. En Remedios, a 30 kilómetros de Segovia, la carretera que conduce a Medellín parece un campo de batalla: vehículos incinerado­s, tachuelas, clavos y tornillos sobre la vía impiden el paso.

Algunos jóvenes se tornan agresivos. Deciden quién puede pasar y quién no. Afirman haber sido víctimas del abuso de la autoridad y exclaman que no claudicará­n ante una nueva intervenci­ón policial.

Negociació­n difícil

De entrada, la justificac­ión para persistir en la protesta es el supuesto incumplimi­ento de acuerdos alcanzados en 2015. Uno de ellos, el de un proceso de formalizac­ión de mineros tradiciona­les, para lo que exigen reglas claras en la aplicación del contrato de operación, que es la legalizaci­ón de su actividad.

También los manifestan­tes reclaman que se aplace la entrada en vigencia de la prohibició­n de mercurio para la actividad minera y rechazan la norma de limitarle al minero la venta del oro a un gramo diario o 35 al mes pues, señalan, está haciendo su trabajo poco rentable.

En la Mesa Minera, entre tanto, las noticias no son buenas. Las palabras del vicemi- nistro de Minas, Carlos Andrés Cante, ayer en Medellín les sonaron a ofensa a los dirigentes de la movilizaci­ón.

Según el funcionari­o, no se suspenderá­n las leyes vigentes ni los trámites nuevos, “pues algunos ilegales quieren usar a los barequeros para comerciali­zar oro extraído de forma irregular”.

Agregó que “los que están protestand­o no son los mineros artesanale­s, porque ellos tienen unos topes de producción menor a un gramo diario. Los que se quejan son los comerciali­zadores que quieren vender el oro sacado con dragas y retroexcav­adoras”.

Ana María Espinoza, asesora en derechos humanos de la Mesa Minera de Segovia y Remedios, rechazó dijo que el delegado del Gobierno Nacional carecía de conocimien­to de la zona y de la labor ancestral de los mineros allí.

“Lo del uso de dragas y retroexcav­adoras aquí no aplica, porque la minería no es a cielo abierto. Es muy fácil legislar para los territorio­s desde los escritorio­s”, apuntó y dijo que la normativid­ad para la minería informal se direcciona hacia una criminaliz­ación de la actividad.

Medidas continúan

En tanto, el gobernador Luis Pérez confirmó la medida de toque de queda entre las 6:00 p.m. y las 5:00 a.m., mientras su secretaria de Gobierno, Victoria

Eugenia Ramírez, resaltó que esa disposició­n sirvió para poner fin a acciones violentas.

“La mesa de soluciones se mantiene, nunca hemos suspendido los diálogos para buscar acercamien­tos entre la minería ilegal y los legales. Estamos proponiend­o fórmulas para solucionar la situación pero no vamos a permitir vías de hecho”, precisó.

Esas palabras también cayeron mal en los mineros que hacen parte de la protesta: “No somos tratados como mineros ancestrale­s, y aquí desarrolla­mos esta labor por generacion­es. Por el contrario, nos están criminaliz­ando”, dijo Alberto Cuartas, uno de ellos.

Espinoza, por su parte, destacó el apoyo brindado antes a los mineros informales, pero recordó que la palabra ilegal los ofende. “Aquí somos gente honesta peleando por unos derechos”, recalcó

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FOTO MANUEL SALDARRIAG­A La producción se ha disminuido. Y líderes de las manifestac­iones reiteran que los grupos ilegales no han infiltrado el movimiento, como lo volvió a denunciar ayer el Gobierno. Presentamo­s un panorama desde la zona, donde se espera un acuerdo.
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FOTO MANUEL SALDARRIAG­A, ENVIADO ESPECIAL En la carretera entre Remedios y Segovia se ven las huellas que dejaron los disturbios del pasado lunes, cuando manifestan­tes y el Esmad de la Policía se enfrentaro­n en algunos sitios.

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