SE NOS VA JARAMILLO
Sergio Jaramillo salió premiado y con tarea fácil para él. Premiado porque va a Bruselas a entrar en contacto con los embajadores ante la Comunidad Europea y tarea fácil porque va a pintarles un paraíso en Colombia después de la entrega a la guerrilla. Es que nos tiene acostumbrados a presentar las cosas de una manera engañosa de acuerdo con los términos que usa, un léxico desorientador que engaña a quienes no conocen la verdad.
Para nadie es un secreto que la guerrilla tiene cientos de niños retenidos contra su voluntad y contra el querer de sus familias. Él, en unas declaraciones recientes, habla de “menores de edad que están bajo la custodia del grupo insurgente”. Es decir, que están cuidados por la insurgencia cumpliendo una labor humanitaria como lo hace Bienestar Familiar.
Va a contar en Bruselas que la paz definitiva se hizo en Colombia por medio de un acuerdo, sometido a votación popular y que el resultado adverso no se tuvo en cuenta, como se había comprometido, porque el gerente de la campaña por el NO mintió de manera grave al opinar que la gente votó con “verraquera” y según nuestra Constitución, va a decir, invalida los resultados. Claro que tendrá que explicar el significado de ese término de tanta gravedad. Se verá como lo va a hacer.
Seguramente les contará que los guerrilleros están concentrados en unas zonas veredales lejos de las poblaciones. Pero se guardará el secreto de que esas zonas están cerca a los cultivos de coca y que estos marcan en el mapa de Colombia unos caminos que llevan a las costas, a puertos clandestinos de exportación y a las fronteras con Venezuela para facilitarles a los integrantes del Cartel de los Soles la exportación de la cocaína que envenena a la juventud del mundo.
El doctor Jaramillo no dejará de manifestar su preocupación por la actitud del antes nuevo mejor amigo de Juanpa (como le gusta que le digamos), ya que Maduro ha amenazado con des- tapar la verdad de cómo Venezuela ayudó en las conversaciones para llegar a la entrega de Colombia a los grupos subversivos. Este tema sí lo debe tener muy asustado en su nueva misión, porque lo comprometería con el vecino gobernante y no lo quiere perder como amigo. Si se llegan a destapar las cartas pringará a todo el gobierno y ese riesgo es peligroso correrlo.
Otro tema y muy grave para Antioquia. En esta columna había manifestado mi preocupación porque las Autopistas de la Montaña estaban para lo último en los planes del Gobierno y no habría dineros para ellas. Ahora, publicado el presupuesto de la Nación, veo que los recursos para la inversión en obras se redujeron en forma notoria. Antioquia se quedó sin autopistas a los puertos en Urabá.
He pensado que, si las obras por concesión y con cobro de peaje son un negocio para los constructores y propietarios, los importadores y exportadores antioqueños, incluyendo a EPM, podrían entrar en ese negocio aportando lo que se ahorrarían en los próximos años con una buena carretera y trescientos kilómetros menos de recorrido a puerto sobre el Caribe.
No dependamos del todo de los gobiernos centralistas de turno
Jaramillo, en declaraciones recientes, habla de “menores de edad que están bajo la custodia del grupo insurgente”. Es decir, cumpliendo una labor humanitaria.