¿DEL LADO DE QUIÉNES ESTÁ LA FISCALÍA?
Desde hace ya un tiempo, el alcalde Gutiérrez ha estado repitiendo una frase que hasta el momento no ha llamado la atención que merece por su gravedad: hay problemas estructurales de fondo que impiden luchar de manera seria y contundente contra el crimen organizado.
Es una frase que revela la frustración del alcalde por ser la misma institucionalidad la principal piedra en el zapato a la hora de luchar efectivamente contra la mafia. En realidad, Fe
derico Gutiérrez se refiere al lamentable hecho en el que varios de los cabecillas de las estructuras criminales capturados, ya han sido puestos en libertad, frustrando de esta manera muchos de los resultados alcanzados. Efectivamente, es verdad que muchas veces los jefes de las estructuras criminales no permanecen mucho tiempo en la cárcel. De hecho, pasa más tiempo detrás de las rejas un ladrón que atracó a alguien en la calle, que el jefe de una banda criminal dedicada a los asesinatos, las extorsiones y el narcotráfico.
El hecho es que la Fiscalía acusa a un número significante de jefes de estructuras criminales solamente por el delito de concierto para delinquir: un crimen que lleva una pena miserable de entre tres y seis años, y en algunos casos hasta nueve. Además, en preacuerdos con la Fiscalía, un cabecilla puede obtener beneficios, como detención domiciliaria o hasta libertad condicional.
Analicen el caso de alias “Bolillo”, uno de los jefes de Los Triana. En el 2007 fue sentenciado a nueve años de prisión por concierto para delinquir, pero el proceso se cayó en segunda instancia. En el 2010 fue nuevamente capturado, hizo un preacuerdo con la Fiscalía, y fue condenado a cuatro años de cárcel. Salió después de tan solo dos años con libertad condicional. En el 2016, fue nuevamente capturado y acusado simplemente de concierto para delinquir. Es entonces probable que dentro de poco tiempo Bolillo ya estará otra vez por las calles de la ciudad.
Ahora bien, la pregunta es: ¿cómo es posible que los jefes de estructuras criminales cuyos integrantes son los ejecutores materiales de homicidios, extorsiones, narcotráfico, etc. no son también acusados por estos delitos, que llevan penas más largas? ¿Por qué en muchos casos fiscales de la unidad de crimen organizado se limitan a acusar a los cabecillas solamente por el crimen de concierto para delinquir? ¿Por qué no los investigan de manera más extensa? ¿Qué opinarán de este actuar los fiscales de la unidad de vida?
Estando así las cosas es natural y necesario preguntarse: ¿a cambio de qué la Fiscalía acusa a los jefes de estructuras mafiosas por delitos que llevan penas muy leves? Y dada la coyuntura del momento que vive Medellín, es legítimo preguntarse: ¿qué beneficios prometió la Fiscalía a Julio Perdomo ya cambio de qué? ¿Le darán pronto arresto domiciliario o hasta libertad condicional?
Porque si a veces la falta de profesionalidad y de compromiso condiciona el accionar de unos fiscales, en otros casos surge la duda de que haya también intereses oscuros que determinan sus estrategias investigativas, los preacuerdos y las órdenes de captura.
En fin, el mismo alcalde parece preguntarse: ¿de qué lado está la Fiscalía?
Pasa más tiempo detrás de las rejas un ladrón que atracó a alguien en la calle, que el jefe de una banda criminal.