OBJETIVOS, PENDIENTES Y TEMORES EN LA RECTA FINAL
¿Cuáles son los retos que tiene en este último año como ministro de Hacienda? “Dejar una economía creciendo al 3 % o más en 2018, dejar unas finanzas públicas estabilizadas con un déficit fiscal de 3,1 % del PIB y dejar una inflación controlada dentro del rango meta del Banco de la República, entre 2 % y 4 %. Debemos seguir con la reducción de las tasas de desempleo y de pobreza”.
¿Qué se le quedó en el tintero? “Este es un trabajo de nunca acabar, el país sigue teniendo muchas necesidades y hay pendientes como la reforma pensional, que parte de construir un consenso, que hoy no existe en el país. En los intentos anteriores de reforma no se logró generar una propuesta exitosa. Esperemos que las recomendaciones de la Comisión de Estudio del Gasto Público ayuden a construir tal consenso”.
¿Cuáles son los riesgos de que la economía sea caballito de batalla preelectoral? “El gran riesgo es caer en el populismo y la demagogia, que generan desconcierto, desconfianza e incertidumbre. Es muy fácil hacer política y levantar un aplauso con promesas como reducir impuestos, pero eso le vale más a futuro a la Nación y pone en juego la disciplina fiscal que debemos tener”.
Hay preocupación en varios sectores por la cascada de consultas populares, negación de licencias ambientales y falta de reglas claras. ¿Cómo ve usted tal situación, que afecta las condiciones de inversión? “Nos preocupan las consultas populares, pues vemos que los intereses políticos de unas minorías se anteponen a las necesidades de las mayorías. Propugnamos por el desarrollo de proyectos minero-energéticos responsables en lo ambiental, laboral, social y económico, con beneficios para las comunidades, pero rechazamos posturas que impliquen prohibiciones o poderes de veto que impiden crecer al país. Por eso estamos analizando varias opciones e instrumentos para reglamentar esas consultas, que informaremos en su debido momento”.
¿El país se puede blindar mejor con su ingreso a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (Ocde)? “Sin duda, porque haremos parte de un grupo de países con los más altos estándares de política pública y se vuelve un mecanismo para que próximos gobiernos apliquen las medidas disciplinadas que le convienen al país. El ingreso a la Ocde es otro sello de calidad para Colombia, pues hay fondos de capital privado que solo invierten en países miembros. Esperamos lograr el acceso antes de terminar el Gobierno, ya solo falta la aprobación de dos de los 23 comités”.
“Hay pendientes como la reforma pensional, que parte de construir un consenso, que hoy no existe en el país”.