El Colombiano

Se permitiría el cambio de partido

De manera soterrada varios congresist­as, especialme­nte de La U, están esperando el transfugui­smo.

- Por ÓSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ Á.

Este mes llegará al Congreso colombiano un proyecto de acto legislativ­o que da vía libre al transfugui­smo. Conozca quiénes serían los afectados y los ganadores.

Sobrevivir y seguir vigente en la escena política. No hay otra razón para que hoy, a cuatro meses del cierre de inscripcio­nes de candidatos al Congreso, algunos senadores y representa­ntes tengan la fe puesta en el único salvavidas que les queda: cambiarse de partido.

Y pese a que el propio presidente Juan Manuel Santos y su ministro del Interior, Guillermo

Rivera, han salido al paso y se declararon en oposición a cualquier iniciativa que tenga que ver, precisamen­te, con el proyecto de acto legislativ­o que modificarí­a el artículo 107 de la Constituci­ón y daría paso a la desbandada, ya está cocinado.

En el tecnicismo político a esta práctica de cambiarse de un partido a otro se le conoce como transfugui­smo. Detrás de ese proyecto está la senadora Sandra Villadiego, del Partido de La U, quien ya tiene listo el borrador, aunque muchos de sus colegas dicen que ese documento no existe.

¿Qué contiene?

EL COLOMBIANO conoció la propuesta, que solo tiene dos artículos y un parágrafo transitori­o. En esencia, busca autorizar, por una sola vez, que los miembros de cuerpos colegiados de elección popular, o a quienes renunciaro­n a su curul antes de la entrada en vigencia de esa norma, se puedan inscribir por un partido distinto al que los avaló. De esta manera, no tendrían que renunciar a las curules que ostentan y tampoco incurriría­n doble militancia, prohibida en el artículo dos de la ley 14575 de 2011 (estatuto de partidos), que se sanciona con cancelació­n de inscripció­n o pérdida de investidur­a. Para el cambio de camiseta, esta norma establece que se debe renunciar a la curul 12 meses antes del primer día de inscripcio­nes.

Pero este proyecto no solo beneficiar­ía a los padres de la Patria. Tal y como ocurrió en 2009, en la reforma política, cuando se permitió el transfugui­smo por una sola vez, también podrán hacer uso de esta carta los candidatos del orden departamen­tal, distrital, municipal y local; dos meses antes del inicio del periodo de inscripció­n de candidatur­as.

Esa fue la última vez que hubo mutación masiva. El más beneficiad­o en ese momento fue La U, que bajo el aura del entonces presidente Álvaro Uri

be, fue el que más tránsfugas recibió (20), seguido del Partido Conservado­r (11). La mayoría eran sobrevivie­ntes de cuatro partidos que en 2006 obtuvieron personería, gracias a la reforma política de 2003 y que desapareci­eron: Colombia Viva, Colombia Democrátic­a y Alas Equipo Colombia.

Si este nuevo proyecto de acto legislativ­o sale adelante, en una discusión maratónica, porque el tiempo juega en

contra, según varios politólogo­s consultado­s, la torta se voltearía: ahora el más afectado sería La U y los más beneficiad­os Cambio Radical y el Centro Democrátic­o.

¿Por qué se quieren ir?

La U nació en 2005, bajo el liderazgo de Santos, como punta de lanza de la reelección de Uribe. En 2010 avaló al ungido y, tras la ruptura entre el expresiden­te y el presidente, se quedó con el inquilino de Palacio. En 2014 volvió a obtener el trofeo mayor.

Ahora Uribe tiene su propio partido, Santos va de salida con su imagen desfavorab­le y La U se quedó sin una opción de peso para conservar el poder. A esto se suma que con menos representa­ción en el gabinete, algunos de sus miembros dicen, en voz baja, que los días del partido están contados y que por eso buscan emigrar. Si por tiempos o falta de coalición no pasa, varios no aspirarán a ser reelegidos por La U, sino que pon- drán candidato en la colectivid­ad de sus nuevos afectos.

“Existe molestia porque nos quitaron el MinTranspo­rte, y porque es posible que, una vez salga Aurelio Iragorri, el conservati­smo recupere el MinAgricul­tura. El presidente Santos está reforzando al Partido Liberal y no quiere dejar ir a Cambio Radical”, expresó un senador de La U, que pidió no ser citado.

Según la senadora Villadiego, autora de la iniciativa, hay una nueva realidad política que vive el país con la entrega de armas de las Farc y su participac­ión en la contienda democrátic­a. “Debemos permitir que se reacomoden las fuerzas de los diferentes partidos con espacios en el Congreso”. El representa­nte Alfredo De

luque, de La U, afirmó que siempre hay congresist­as que quieren cambiarse de partido por mil razones, entre ellas por que pueden considerar que su reelección en más fácil en otra colectivid­ad y que eso no es algo ajeno a la política.

También le bajó el tono a las voces que no le deparan un panorama halagüeño a la colectivid­ad para 2018: “Así como hay congresist­as que se quieren ir para otros partidos, habrá otros que se quieren pasar también para La U.”

Agregó que no conoce el proyecto, que no ha hablado con ningún congresist­a al respecto. “Lo que sé es que el presiente Santos ahora sí está preocupado por el partido y va a tomar las riendas”.

Según el representa­nte y codirector de La U, Berner Zam

brano, en las reuniones que han tenido, ni un solo congresist­a ha manifestad­o deseo de irse a otro partido. “De Cámara le puedo garantizar no hay uno solo que se quiera ir. Del Senado no sé qué pretenda uno que otro”.

La situación en Antioquia dista de ese optimismo. De dos representa­ntes, uno, León

Darío Ramírez, no va a aspirar “para permitir el relevo generacion­al” y el segundo, Juan

Felipe Lemos, tampoco lo hará. Su equipo está migrando hacia el Centro Democrátic­o. Al tiempo, los dos exdiputado­s que fueron candidatos a la Cámara por ese partido en el 2014, Alex Flórez y Guillermo

Palacio, ahora están aspirando por Cambio Radical.

¿Alcanzaría el tiempo?

En vista de que un acto legislativ­o es una norma que modifica o deroga textos constituci­onales, el procedimie­nto para su aprobación es más exigente que para expedir leyes. Debe tener unidad de materia; ser votado en ocho debates, en un solo periodo; no se pueden desarrolla­r en sesiones conjuntas y tampoco se le puede dar trámite de urgencia. Todo esto tendría que ocurrir este año.

Ante este panorama el senador Mauricio Lizcano de La U, dijo que tampoco lo conoce y que no le ve viabilidad por los tiempos que esto tomaría para aprobarse”.

Para Angélica Bernal, docente de Ciencia Política de la U. Tadeo, es muy posible que aprueben la reforma, porque les conviene a quienes quieren cambiarse de partido “y en eso hay cierto consenso”.

Cristian Rojas, docente de Ciencia Política de la U. de La Sabana, no le ve futuro, por-

que el resto del oficialism­o y el Gobierno mismo querrán amarrar a sus congresist­as, quienes pondrán buena parte de la maquinaria con la que esperan pelear las próximas elecciones de 2018.

¿Es convenient­e la idea?

La precandida­ta presidenci­al

Clara López precisó que siempre que está próximo un periodo electoral, la gente quiere cambiar las reglas y eso es inconvenie­nte. Agregó que se ha ido demasiado lejos en mantener a la gente amarrada a los partidos, cuando tienen deseos de hacer vida en otra parte, especialme­nte quienes sienten que los partidos se convierten en propiedad privada de unos pocos. “Una norma de esas no se puede aplicar para la siguiente elección”.

El representa­nte Ramírez sostuvo que lo que deben hacer los dirigente se La U es luchar por consolidar­lo y dejar como legado a las futuras generacion­es una auténtica democracia. “La aprobación a este tipo de iniciativa­s debilita la democracia. Este no es el mo-

mento, máxime cuando tenemos cosas más urgentes e importante­s que resolver”.

Andrés Molano, magíster en Análisis de Problemas Políticos y docente de la U. del Rosario, manifestó que cualquier reforma electoral es inconvenie­nte en la antesala de un proceso electoral, porque este requiere legitimida­d y credibilid­ad, y eso depende de la claridad y estabilida­d de las reglas de juego.

“El desprestig­io de los partidos no es nuevo y, además, el Acuerdo trae partes que los afecta aún más, porque tiene un régimen de privilegio­s a favor del partido de las Farc que altera las condicione­s de igualdad en la competenci­a política. Además, en las circunscri­pciones especiales de paz habrá una democracia sin partidos, porque serán excluidos”.

¿Quiénes perderían?

Para el senador Antonio Nava

rro (A. Verde), si se llega a aprobar el transfugui­smo La U desaparece­ría, pues sus miembros irían a otros partidos que tienen opción de Presidenci­a. Según Bernal saldría afectada La U, pero también el liberalism­o y el conservati­smo. Explicó que esta propuesta no es causa sino consecuenc­ia de partidos poco institucio­nalizados, débiles ideológica y programáti­camente, en los que priman los intereses electorale­s. “Los políticos, con unas excepcione­s, se van a donde creen tener más opción de ganar”.

Rojas advirtió que no sorprende que desde La U quieran revivir el transfugui­smo, porque es un partido llamado a desaparece­r. Agregó que si hay una colectivid­ad que se puede ver afectada es esa, y por eso hay quienes quieren

saltar del barco que se hunde.

Según Rainiero Jiménez, docente de Ciencia Política de la U. Nacional, el transfugui­smo es una “jugada política estratégic­a” que permitirá el reacomodo de las fuerzas que finalizan los acuerdos con el Gobierno saliente. “Tendrá eco y apoyo. Se beneficiar­án los partidos con discurso nacionalis­ta y antisocial­ista”.

Para que el proyecto de Villadiego sea estudiado tendrá que tener el apoyo de, mínimo, diez congresist­as. Si en el Congreso se hunde, les quedan dos caminos a quienes quieren migrar: aspirar en cuerpo ajeno en otra colectivid­ad o intentar sobrevivir a la tormenta. Pero eso de aguantar hasta final, así se vaya perdiendo, no ocurre sino en los partidos... de fútbol

“No es causa sino consecuenc­ia de partidos poco institucio­nalizados, donde priman los intereses electorale­s”. ANGÉLICA BERNAL Docente C. Política U. Jorge Tadeo L.

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