MEDELLÍN LLEVA AÑOS GANÁNDOSE EL PRIVILEGIO DE UNA VISITA PAPAL
Además de las razones apostólicas con las que el Vaticano justificó el paso del Sumo Pontífice por la capital antioqueña, la resiliencia paisa ha logrado obtener mérito para tenerlo acá.
Por qué Medellín? ¿Por qué repiten las ciudades que visitó Juan Pablo II? ¿Por qué no Barranquilla, Bucaramanga, Cali o Popayán? Estos fueron algunos de los interrogantes que muchos colombianos de otras regiones del país se hicieron cuando el Vaticano anunció las cuatro ciudades que recorrerá el Papa Francisco en su primera visita oficial a Colombia.
En Medellín, la noticia fue recibida con júbilo y de inmediato se convirtió en uno de los mayores retos de ciudad en lo que a organización de eventos se refiere. Según la proyección, se alcanzará una ocupación hotelera del 90 %. Se espera la llegada de casi 200.000 visitantes del Valle, Nariño, Eje Cafetero, Córdoba, Chocó, los Santanderes y otros municipios de Antioquia.
“No es fácil que un Papa visite un país y que, una vez que se programe, pueda llegar hasta nuestra propia ciudad, nuestra propia región. Por eso estamos contentos y queremos preparar lo mejor posible esa visita y que produzca los mejores resultados, que haga que entre nosotros venga una vida nueva y mejor”, dice el arzobispo de Medellín, monseñor Ricardo Tobón Restrepo.
De acuerdo con la Conferencia Episcopal de Colombia, en Medellín, se coordina la visita del Papa Francisco por medio de nueve comisiones: Teológico–Pastoral, Liturgia, Producción, Comunicaciones, Transporte, Salud, Protocolo, Seguridad y Finanzas.
Pero, ¿por qué escogieron a Medellín? El Vaticano sí respondió esta pregunta. Razón apostólica
Según el secretario adjunto de la Conferencia Episcopal de Colombia y director nacional del Comité Teológico-Pastoral, padre Juan Álvaro Zapata, durante el tiempo de preparación que llevan de la visita —más de 18 meses—, se presentaron al Papa Francisco cinco propuestas de lugares. La comisión de la Santa Sede tomó la decisión, teniendo en cuenta: la salud del Papa, su edad —80 años—, y las posibilidades de que la mayor cantidad de colombianos lo puedan ver.
Cuando el Vaticano anunció las cuatro ciudades que iba a visitar, a cada una se le asignó un tema que justificaba la escogencia. Bogotá: vida; Villavicencio: reconciliación; Medellín: vocación, y Cartagena: derechos humanos.
“En sintonía con su palabra y pastoral sobre la paz, el Santo Padre viene a darle al país el blindaje espiritual que necesita. Es por ello que cada una de las ciudades que recorrerá tendrá su propio significado. En Medellín es ‘la vida cristiana como discipulado’”, explica
Guillermo León Escobar, embajador de Colom- bia ante la Santa Sede.
Para el diplomático Antioquia es fuente de vocación religiosa en Colombia. “Allí se han gestado importantes congregaciones al servicio de Dios, posicionándose como ejemplo de arraigo cristiano”.
Como dice el dicho, “en palabras cristianas”, nuestro departamento es el territorio colombiano que más forma seminaristas, donde la Iglesia Católica tiene más religiosas y sacerdotes egresados.
Es tal la importancia de esto en la visita del Sumo Pontífice a la capital antioqueña, que hay un momento en la agenda que honrará dicho motivo. El Vicario de Cristo sostendrá un encuentro con sacerdotes, religiosas, consagrados, seminaristas y sus familias en el centro de espectáculos La Macarena. Será a las 4:00 p.m. y durará poco más de una hora.
“Será un encuentro único, se hablará de las vocaciones”, anuncia monseñor Tobón Restrepo.
Aparte de todo esto, tampoco es un secreto que se hizo lobby en el Vaticano para mostrar las bondades de la ciudad y así ayudar a reforzar la decisión de la visita de la Cabeza de la Iglesia, esto lo confirmaron las autoridades civiles y la Arquidiócesis de Medellín. A la posibilidad de arribo del Papa se le dio tratamiento de proyecto especial. La Alcaldía se concentró en el tema y lo consideró un objetivo prioritario. Igualmente, una comisión de la Santa Sede visitó la capital antioqueña con el propósito de comprobar si estaban dadas las condiciones para traer a Su Santidad.
Ciudad de resiliencia
Además de las razones apostólicas, de salud y edad del Papa, Medellín es una ciudad que se ha ganado a pulso el mérito de recibir una visita del Vicario de Cristo.
“Medellín ha evidenciado en las últimas tres décadas una transformación urbana y social que es ejemplo y un referente a nivel mundial. Aunque no hay que desconocer que la ciudad tiene unos retos muy importantes en inclusión social, inequidad y una cultura de paz, también hay que reconocer que los medellinenses tie-
“ALLÍ SE HAN GESTADO IMPORTANTES CONGREGACIONES AL SERVICIO DE DIOS...”
nen una gran capacidad de resiliencia de manera integral, tanto en lo urbano como en lo social”, explica Santiago Uribe Rocha, antropólogo de la Universidad de Antioquia y director de la Oficina de Resiliencia de Medellín.
Para Uribe Rocha, más que la infraestructura, el capital humano es lo más valioso que tiene Medellín; así muy pocos sean parte del problema, la gran mayoría son la solución y los que han sacado adelante la ciudad.
“Los paisas no se doblegan ante las adversidades sino que las enfrentan y las convierten en oportunidades. Paradójicamente, ese mismo capital humano se ha usado en función de fines perversos, pero tenemos una gran creatividad y capacidad de superar los retos que se nos presentan. Las ciudades no son solo infraestructura o las instituciones; son las personas que la habitan y que le dan sentido”, enfatiza el antropólogo.
La planeación a largo plazo, resalta el director de la Oficina de Resiliencia, es algo que ya entendieron los ciudadanos de Medellín; así lo han demostrado los últimos gobiernos que ha tenido la capital antioqueña, con planes de desarrollo que le dan continuidad a los trabajos que se vienen realizando. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez
Zuluaga, añade que, en los últimos 31 años, hemos pasado los momentos más difíciles de la violencia y la exclusión.
“Tenemos una ciudad que, aunque tiene mucho por mejorar, mira con orgullo hacia el futuro”, resalta Gutiérrez Zuluaga.
El llamado de la Encíclica
En la Carta Encíclica Laudato Si del Papa Francisco, sobre El Cuidado de la Casa Común, el Obispo de Roma escribe 246 mensajes que son un llamado a la reflexión acerca del cuidado del planeta y cuál es nuestra misión y responsabilidad —desde todas las posiciones sociales— en este sentido.
Cada mensaje es aplicable a la cotidianidad y a las dinámicas urbanas de Medellín y el Valle de Aburrá; sin embargo, en el capítulo cuarto —Una Ecología Integral— el punto tres —Ecología de la vida cotidiana— tiene dos elementos que se relacionan mucho con lo que ha sucedido en la capital antioqueña en las últimas dos décadas:
“150. Dada la interrelación entre el espacio y la conducta humana, quienes diseñan edificios, barrios, espacios públicos y ciudades necesitan del aporte de diversas disciplinas que permitan entender los procesos, el simbolismo y los comportamientos de las personas. No basta la búsqueda de la belleza en el diseño, porque más valioso todavía es el servicio a otra belleza: la calidad de vida de las personas, su adaptación al ambiente, el encuentro y la ayuda mutua. También por eso es tan importante que las perspectivas de los pobladores siempre completen el análisis del planeamiento urbano”.
“153. La calidad de vida en las ciudades tiene mucho que ver con el transporte, que suele ser causa de grandes sufrimientos para los habitantes. En las ciudades circulan muchos automóviles utilizados por una o dos personas, con lo cual el tránsito se hace complicado, el nivel de contaminación es alto, se consumen cantidades enormes de energía no renovable y se vuelve necesaria la construcción de más autopistas y lugares de estacionamiento que perjudican la trama urbana. Muchos especialistas coinciden en la necesidad de priorizar el transporte público. Pero algunas medidas necesarias difícilmente serán pacíficamente aceptadas por la sociedad sin una mejora sustancial de ese transporte, que en muchas ciudades significa un trato indigno a las personas debido a la aglomeración, a la incomodidad o a la baja frecuencia de los servicios y a la inseguridad”.
Lo anterior, sumado al mensaje de unión, solidaridad y responsabilidad social que traerá el Papa Francisco en su visita oficial, son motivos para seguir trabajando, entre otros aspectos, por el desarrollo de Medellín, una ciudad que, a pesar de sus problemas actuales, ha superado grandes adversidades y ya es ejemplo de resiliencia y desarrollo urbano en Colombia