Empresas deben pasar de las ideas a negocios reales
El sector manufacturero actualizó la “caja de herramientas” de su plan estratégico de desarrollo. Hasta el clima figura entre opciones de negocios.
Una docena de “herramientas” incluye la renovada versión de la “Estrategia para una nueva industrialización”, la cual fue presentada por la Andi en el Congreso Empresarial Colombiano (CEC), que se clausuró el viernes en Cartagena.
El documento de 369 páginas actualiza la hoja de ruta que se planteó en la primera edición, publicada hace dos años, y propone alternativas para avanzar en frentes como el crecimiento verde, en que hasta el clima se presenta como una oportunidad para negocios exitosos.
Es así como la reunión sirvió para presentar el Centro Nacional del Agua, cuyo fin es ofrecerles a los empresarios conocimiento y valor sobre el buen aprovechamiento de este recurso y el clima.
La dirección de este centro está a cargo de Ricardo Lozano, quien considera que el adecuado conocimiento del clima y, en particular, de los recursos hídricos del país, es una oportunidad determinante para el desarrollo de negocios asertivos en la actual coyuntura medioambiental.
El trabajo también incluye el posicionamiento de la economía digital, en que las aplicaciones tecnológicas transforman la vida de las personas o el mayor aprovechamiento de la agroindustria, dadas las condiciones de seguridad en el país, tras la firma del acuerdo de paz con las Farc.
Igualmente, se hace hincapié en asuntos que se mantienen como desafíos que deben remontarse en aspectos como la educación para el mundo productivo, la competitividad tributaria y laboral, así como efectos de la corrupción en el desarrollo (ver Informe).
Ahora o nunca
Para los empresarios colombianos es claro que la innovación se ha convertido en el principal motor de la productividad y la competitividad de las economías, pero reclaman que el tema debe ser tratado como una política nacional de largo plazo, consistente en el tiempo y articulada a las lógicas regionales.
Admiten que es el momento de la ideas y la acción, pero reconocen que hay una brecha amplia entre convertir la intención emprendedora en negocios reales. es el puesto de Colombia entre 128 países del ranquin mundial de innovación: Andi.
Los primeros pasos en este frente ya se han dado y un instrumento que ha hecho visibles los esfuerzos empresariales en innovación están recogidos en el escalafón elaborado por la Andi. Allí se da cuenta de que un 96 % de las 219 compañías evaluadas promue-
ven la cultura de la innovación (ver Dicen de...).
En ese contexto, la industria colombiana considera que avanzar en esa dirección le permitirá al país llegar a ser la tercera economía de América Latina más innovadora de aquí al año 2025.
Aunque la meta parece ambiciosa, para la Andi esta no es suficiente y propone ser más atrevidos, porque las soluciones innovadoras globales no dan espera.
La segunda versión de la “Estrategia para una nueva industrialización” invita a los empresarios a perder el miedo a equivocarse y a entender los
errores como un proceso de aprendizaje, pues el reto se enfoca en equivocarse barato y corregir ágilmente.
Salud y corrupción
El panorama estratégico de los industriales colombianos incorporó dos asuntos trascendentales, objeto de controversia y preocupación: la salud y la corrupción.
Según el análisis del sector privado, el sistema de salud tiene un déficit cercano a los 2 billones de pesos y prevé que las fuentes de desequilibrio seguirán acentuándose hacia el futuro y la brecha por financiar irá en aumento.
Por eso se sugiere que en el corto plazo se reasigne el gasto de la Nación desde algunos sectores hacia la salud y que se incrementen los copagos y cuotas moderadoras que aportan los afiliados, teniendo en cuenta el nivel de ingreso y la tecnología de salud a la que busca acceder.
No menos inquietante resulta para los empresarios colombianos el más visible fenómeno de la corrupción, para el cual plantean aumentar las penas para todo acto de ese tipo.
El plan de acción propuesto en esta materia por los industriales contempla ampliar el uso de la tecnología en todas las acciones que emprenda el Gobierno para dar transparencia, que asegure un soporte para las interacciones entre funcionarios y ciudadanos, y que se disminuyan los trámites necesarios para cualquier proceso con el Estado