El Colombiano

Protección a exfarc será el gran paso

Han sido asesinados 11 excombatie­ntes. Las garantías de seguridad serán la base del posconflic­to.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M.

El fin de las zonas veredales, con la salida de los contenedor­es de la ONU con 8.112 armas, da inicio a la reincorpor­ación de las Farc. Han asesinado 11 de ellos. Analizamos los retos.

La desaparici­ón de las Farc es un hito para el país: deja atrás 53 años de conflicto entre la guerrilla más grande de Colombia y el Estado, pero marca, también, el inicio de una etapa definitiva de la que dependerá el futuro de lo que seremos como nación.

Ayer salieron los últimos contenedor­es con armas de los campamento­s donde ahora viven los miembros de las Farc y con ello se dio punto final al cese el fuego bilateral, a la existencia de las zonas veredales y puntos transitori­os de normalizac­ión, y se iniciaron los Espacios Territoria­les de Capacitaci­ón y Reincorpor­ación.

En total, la Misión de la ONU en Colombia transportó 8.112 armas hacia el depósito central de armamento, ubicado en Bogotá. Con esas armas, una vez fundidas, se elaborarán tres monumentos a la paz.

En esos campamento­s, construido­s por el Gobierno, los exguerrill­eros continuará­n con su reincorpor­ación a la vida civil, ya no como subversivo­s sino como ciudadanos.

No repetir el exterminio

Si hay algo que preocupa a las Farc es el exterminio, el fantasma de los más de 3.500 asesinatos de su primer intento de participac­ión política a través de la UP los persigue. Hoy esos miedos se materializ­an en 11 excombatie­ntes y 11 de sus familiares más cercanos asesinados desde el mes de abril, especialme­nte en lugares cercanos o dentro de las zonas veredales.

En esas mismas regiones han sido asesinados 52 líderes sociales (desde el 1 de enero hasta el 15 de julio), según la Defensoría del Pueblo.

“Iván Márquez” y “Pastor Alape”, miembros del secre- tariado de las Farc, manifestar­on su preocupaci­ón exigiendo al Gobierno que cumpla con las garantías de seguridad personal y colectivas prometidas en La Habana.

Por eso el presidente Juan Manuel Santos señaló este es un tema de real importanci­a, por lo que diferentes entidades han adelantado las investigac­iones “caso por caso” para dar con los responsabl­es de estos asesinatos.

“Por supuesto que en una transición se presenta problemas. No habrá impunidad, yo soy el primer interesado en que no se vaya a repetir siquiera un porcentaje de lo que ocurrió con la UP”, destacó el mandatario.

El ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, aseguró que en las zonas donde hay Espacios Territoria­les de Capacitaci­ón y Reincorpor­ación llegarán 50 policías, que se quedarán por tres años, y dependiend­o de las condicione­s de riesgo que vivan en las comunidade­s se desplegará­n dispositiv­os de entre 200 y 500 militares.

Para Ariel Ávila, subdirecto­r de la Fundación Paz y Reconcilia­ción, para la Fuerza Pública es fácil copar las zonas, si hay voluntad, pero las garantías de seguridad personal de los excombatie­ntes, en especial de los mandos medios, son muy difíciles de cumplir, ya que los exguerrile­ros son libres de movilizars­e por el territorio y de visitar a sus familias.

“La seguridad de los territorio­s se mantendrá, la de los altos mandos de las Farc está garantizad­a, pero la de los mandos medios y de los líderes sociales, que también son minorías políticas que participar­án alrededor del Acuerdo de Paz, se tiene que resolver”, anotó el analista

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