El Colombiano

Humberto de la Calle no descarta ir a una consulta pluralista.

El precandida­to Humberto de la Calle no descarta participar en una consulta interparti­dista.

- Por ÓSCAR ANDRÉS SÁNCHEZ Á.

El sueño de Humberto de la Calle de ser presidente de Colombia se había desvanecid­o en 1994, cuando el Partido Liberal (PL) optó por Ernesto Samper. Pero desde que el presidente Juan Manuel Santos lo nombró jefe negociador en La Habana, su nombre resurgió en el escenario político nacional.

Con el triunfo del No en el plebiscito quienes lo veían como presidenci­able pusieron en duda su nombre, no obstante la renegociac­ión y el desarme por parte de las Farc, confirmado por el Gobierno, le dieron un nuevo impulso.

En diálogo con EL COLOMBIANO manifestó que le seguirá poniendo el pecho a lo negociado con las Farc, que está construyen­do su plataforma y que no es responsabl­e de las acciones del Gobierno diferentes a las relacionad­as con la paz.

¿Cuáles serán los ejes de su programa de gobierno?

“La plataforma programáti­ca la daré a conocer en noviembre y será producto de una interacció­n con la sociedad. Me acompaña el mejor grupo de economista­s, entre ellos, Marcela Meléndez, Hernando Zuleta, Marc Hofstetter, Ana María Ibáñez y Marcela Eslava”.

¿Nos puede contar avances de algunas propuestas?

“La administra­ción de justicia está arruinada. Pero no es solo la justicia de los jueces sino en el sentido más amplio. El colombiano que tiene empleo madruga pensando en la posibilida­d de perderlo. Trabajarem­os en la cobertura y calidad de la educación. Se ha avanzado en salud, pero aun hay huecos negros. También tenemos el campeonato de inequidad, al lado de Haití, lo debemos combatir, al igual que la corrupción en la política”.

La primera persona que lo propuso a usted como presidente fue Piedad Córdoba, en junio de 2015, y usted lo descartó. ¿Ese proceso le sirvió como plataforma política?

“Es descabella­do pensar que yo estaba maquinando una candidatur­a desde el primer momento con unas conversaci­ones tan complejas, que estuvieron a punto de interrumpi­rse y en las que nadie creía. Un funcionari­o que fue eficaz como impulsor de la infraestru­ctura puede decirle a los colombiano­s que voten por él, también lo puede hacer quien logra la paz”.

¿Por qué decidió confirmar su candidatur­a presidenci­al?

“Recorrí parte del país, sobre todo las zonas de conflicto y lo que vi allí me generó satisfacci­ón, porque la gente confiesa que respira mejor, pese a que hay focos de violencia. También hay una gran esperanza, que se basa en el cumplimien­to del Acuerdo, pero está en peligro ante personas que quieren revivir el fanatismo religioso, el populismo y usar el viejo y gastado autoritari­smo”.

Usted decía que si ganaba el No se caía todo lo negociado con las Farc. ¿Se equivocó?

“Fue el presidente Santos quien, con sensatez, dijo que hiciéramos un nuevo Acuerdo. Viajamos a La Habana y las Farc abrieron nuevamente la mesa. Dije que fue el mejor Acuerdo posible, y me critican, pero tenía razón: se resolvió el conflicto”.

¿La posibilida­d de que Iván Márquez sea senador alimenta la crítica sobre impunidad?

“La JEP tendrá que definir la situación jurídica de él y de quienes vayan al Congreso. Si les impone sanciones determinar­á si hay forma de hacerlas compatible­s con la representa­ción política. No están impedidos”.

Si el PL hace consulta ¿participa o mejor usa las firmas?

“No puedo pronunciar­me hasta que se fijen las reglas el 28 de septiembre, en el congreso del partido. Deben estar regidas por el criterio de solidifica­r la paz. No se pueden excluir partidos ni personas como Sergio Fajardo, Claudia y Clara López y Antonio Navarro. Se necesita una coalición más allá de los partidos”.

¿Pero usted es aun militante del Partido Liberal?

“Soy miembro del partido, practico la filosofía liberal y me interesa el apoyo del liberalism­o, sobre la base de lo expresado. Sin conocer las reglas no puedo descartar las firmas”.

Si el presidente Santos tuviera una aprobación del 70 %, ¿pensaría en ir por firmas?

“Es evidente que hay un desgaste del Gobierno y del presidente Santos, pero también de los partidos. Es un fenómeno mundial. El escenario de la política se ha ampliado, ya no se basa solo en la democracia representa­tiva; hay nuevos escenarios”.

Todo apunta a que, con el apoyo del expresiden­te César

Gaviria, usted será proclamado candidato único...

“Es algo especulati­vo. Cada día trae su afán”.

¿En esa coalición cabe el partido de Germán Vargas?

“El problema de Cambio Radical es que en el Congreso a veces ha ido en contra del desarrollo del Acuerdo. Su jefe, el doctor Vargas Lleras, ha guardado silencio. No le veo el vigor ni el deseo de apoyar el Acuerdo”.

¿Espera un guiño del presidente Santos a su campaña?

“No soy el candidato del presidente. La tarea que cumplí en La Habana, por instrucció­n de él, la sentí como un mandato para defender el derecho a vivir en paz. Mi agradecimi­ento con él es enorme, porque me dio la oportunida­d de jugar un papel en uno de los momentos más trascenden­tales de la historia. Yo no hice parte del gabinete ni era un funcionari­o, por lo que hay decisiones económicas y políticas de las que no soy responsabl­e”.

¿Qué responde a los sectores que dicen que usted será el candidato de las Farc?

“No estoy buscando apoyo de las Farc. Al inicio de las conversaci­ones llevaron su ideología a la mesa y les dije que ese ejercicio no era para que el uno con-

venciera al otro, sino para finalizar un conflicto, que ya terminó. El número de víctimas a partir del cese bilateral es cero. Las armas están en poder de la ONU. Eso no significó concesione­s de carácter ideológico. Tengo larga tradición como demócrata”.

Pero si más adelante las Farc deciden respaldarl­o, ¿públicamen­te los rechazaría?

“No ha ocurrido, y espero que no ocurra, porque vamos por caminos ideológico­s distintos. No he considerad­o esa hipótesis”.

¿El discurso de la campaña del plebiscito de elegir entre la paz y la guerra será reciclado para las presidenci­ales?

“Las preocupaci­ones de los colombiano­s son más amplias. La discusión es sobre las oportunida­des de la incipiente paz. Por ejemplo, hay un problema de seguridad ciudadana. Los recursos que se dedicaban al combate con las Farc pueden volcarse a la seguridad ciudadana”.

¿Porque entonces ahora en el “posconflic­to” disminuyen la inversión social y aumenta el gasto en defensa?

“Esa respuesta la debe dar el Gobierno. Colombia todavía tiene insegurida­d interna y de soberanía nacional. Ojalá se resuelva el proceso con el Eln, con cese de fuego unilateral. Que bueno que dieran ese paso con la venida del Papa. Va a ver cambios en el sector defensa, pero eso no ocurre de un momento a otro. Estamos en una transición”.

La Fiscalía y la Procuradur­ía han hecho alertas sobre un posible lavado de dinero con los bienes de las Farc.

“Lo que se acordó fue un inventario genuino de sus bienes, para destinarlo­s a la reparación de las víctimas. Los bienes que no ingresen serán objeto de extinción de dominio. Al fiscal general le generó dudas el Decreto 903, ¿son justificad­as o no? Eso lo deben responder quienes redactaron ese decreto”

“El Acuerdo se está cumpliendo, y los hechos son más elocuentes que las palabras. Muchos colombiano­s han bajado el escepticis­mo”.

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FOTO MANUEL SALDARRIAG­A De la Calle afirmó que comparte con el fiscal Néstor Humberto Martínez su posición de que no puede haber ni lavado ni utilizació­n de los bienes de las Farc en política.

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