EDITORIAL
Aunque durante el segundo trimestre la economía creció 1,3 %, el avance es limitado y lento. En algunos sectores líderes el crecimiento se desacelera. En otros, hay mejoras. El reto del Gobierno está en lo sectorial.
“Aunque durante el segundo trimestre la economía creció 1,3 %, el avance es limitado y lento. En algunos sectores líderes el crecimiento se desacelera. En otros, hay mejoras. El reto del Gobierno está en lo sectorial”.
Según el Dane, durante el segundo trimestre de 2017 la economía colombiana creció, con respecto a igual período de 2016, 1,3 por ciento. Este resultado representa una ligera mejora frente al crecimiento registrado en el primer trimestre que, según la revisión realizada por la entidad estadística, fue de 1,2 por ciento.
En el segundo trimestre, de las nueve ramas de actividad que conforman el PIB, siete tuvieron crecimientos positivos. Las que presentaron caídas en su producto fueron la industria (-3,3 por ciento) y la minería (-6,0 por ciento).
A pesar del mal desempeño de estos dos sectores, el anterior resultado constituye un signo relativamente favorable y alentador, pues en el primer trimestre solo cuatro actividades presentaron crecimientos positivos.
De otra parte, en el segundo trimestre de 2017 tres sectores presentaron crecimientos por encima del promedio de la economía. Ellos fueron agricultura (4,4 por ciento), financiero (3,9 por ciento) y servicios sociales (3,0 por ciento)
Al igual que aconteció en el primer trimestre del año, la agricultura fue el sector que lideró el crecimiento durante el segundo trimestre. Sin embargo, al compararse ambos pe- ríodos se observa un debilitamiento ya que se pasó de crecer al 7,7 por ciento a 4,4 por ciento, respectivamente.
Aunque el Gobierno ha expresado que el buen desempeño del sector agropecuario responde al programa “Colombia Siembra”, no resulta claro que ello sea enteramente así.
No debe olvidarse que, con motivo de El Niño en 2016, los precios de los alimentos tuvieron fuertes aumentos que, muy seguramente, debieron convertirse en el principal estímulo para incrementar las siembras. Además, en los últimos meses las lluvias han favorecido el desarrollo de los cultivos.
El verdadero reto del Gobierno en materia agrícola es garantizar el crecimiento sostenible del sector, algo que, por ahora, no se ha obtenido.
A pesar de la desaceleración de la economía y de sus efectos sobre la capacidad de endeuda- miento de los agentes y sobre la cartera bancaria, el sector financiero presentó un crecimiento relativamente alto de 3,9 por ciento. Sin embargo, en este sector también se registra un debilitamiento progresivo.
Durante el segundo trimestre de 2017 los servicios sociales y el suministro de servicios públicos (como electricidad) crecieron positivamente (3,0 y 1,2 por ciento, respectivamente). En ambos casos estos resultados representan un mejor desempeño frente a los anteriores trimestres.
Por su parte, el sector comercio tuvo una tasa de crecimiento positiva (aunque baja) de 0,9 por ciento. Frente al trimestre inmediatamente anterior (-0,5 por ciento), este resultado representa una ligera recuperación que, aunque responde al mejor comportamiento de sus tres subsectores, el turismo fue el más determinante con una tasa de 1,4 por ciento.
Durante el segundo trimestre de 2017 la construcción tuvo un crecimiento positivo de 0,3 por ciento impulsada por el buen desempeño de las obras civiles (6,5 por ciento).
Este resultado es importante porque el Gobierno espera que este subsector juegue un papel determinante en el crecimiento del segundo semestre del presente año.
Amén de la minería y en particular de la actividad petrolera, la industria manufacturera se ha convertido en el sector más golpeado por la desaceleración económica.
A pesar de algunas mejoras en ciertos sectores, la economía se mantiene débil. Para asegurar la recuperación en firme de la misma, el Gobierno debe mejorar el diseño y la ejecución de las políticas a nivel de cada sector