El Colombiano

¿QUIÉN ES EL AUTOR DE ESTE TEXTO?

- JUAN GUILLERMO CORREA NARANJO

En el periódico del día 9 de agosto de 2017 el señor Gustavo Aristizába­l Tobón puso en duda si el primer auto que pisó tierras colombiana­s fue el De Dion Bouton, y yo quiero darle respuesta en mi condición de investigad­or de la industria del automóvil en Colombia.

En mi libro, que está próximo a salir al mercado, Historias del Automóvil en Colombia, claramente se presenta la investigac­ión sobre el famoso automóvil, pero aquí doy un anticipo.

La historia cuenta que en 1899, el 31 de octubre, llegó a Medellín el De Dion Bouton Modelo Vis a Vis, auto que empezó su producción en ese mismo año, luego vino a Bogotá el Cadillac modelo A de Ernesto Duperly, y después el segundo auto de la capital antioqueña, el Pullman de 1909 que compró la SMP (Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín).

Evidenteme­nte, del De Dion Bouton no hemos encontrado aún una fotografía, pero puedo decirles que la imagen no es la única prueba valedera para sustentar una historia. Lo más valioso son los testimonio­s que cuatro importante­s personajes antioqueño­s dejaron plasmada en sendos documentos.

Primer testimonio

Primer Auto en Colombia, Historia del De Dion Bouton, por Juan Guillermo Correa N. El precursor del automovili­smo en Medellín y en Colombia fue el antioqueno don Carlos Coriolano Amador Fernández. Nacido en Medellín el 25 de marzo 1835, murió en Medellín el 13 de octubre de 1919.

Activo empresario en la minería, en la agricultur­a y en el comercio, amasó una importante fortuna, fue uno de los hombres más ricos de la Medellín de su época.

¨En 1899 encarga un automóvil a Francia, de marca De Dion Bouton, siendo así el primero con que contó la ciudad. Este llegó empacado en dos cajas, que viajaron por el río Magdalena, en ferrocarri­l hasta Barbosa y en mulas a Medellín”.

Don Enrique Echavarría, en su libro Crónicas e historia bancaria de Antioquia, publicado en 1940, narra en su historia Mi primer viaje a New York la historia inicial de ese primer auto, el cual arribó a Medellín el 19 de octubre de 1899, día que estallaba la Guerra de los Mil días. “En la posada de Yarumito, cuando yo venía de Bogotá, en octubre de 1899, alcancé a don Carlos Coriolano Amador, quien regresaba de Europa. Traía el primer automóvil que entraba a Colombia; era el aparato uno de los primeros que se construyer­on en el mundo. Acompañába­lo un muchacho francés, el chofer del automóvil (...). Deseaba él entrar a Medellín en ese aparato y dar un verdadero golpe en medio de entusiasta muchedumbr­e. ‘Cómo será el susto de la gente, cuando me vea andar en un coche sin caballos; van a decir que son cosas del demonio‘, me decía él, con regocijo. Tal ideal no pudo realizarlo. El famoso automóvil tuvo que se- Es miembro de la Junta directiva de la Fundación Museo del Transporte, y también fundador. Además hace parte del Club Clam (Club Clásicos y Antiguos de la Montaña). Autor del libro de

pronto a publicarse. Lleva 25 años escribiénd­olo y haciendo entrevista­s.

guir cargado, y entró a Medellín a hombro de hombres. El automóvil del señor Amador era chiquito, de dos bancas, descubiert­o, de poca fuerza, construido para rodar por las calles planas y asfaltadas de París; en las nuestras entonces empedradas y de fuertes subidas, el aparato no dio resultados. El señor Amador tuvo que archivarlo y despachar al chofer”.

En 1905, don Roberto Tisnes, experto mecánico de la época, logró poner en movimiento el auto; se anunció una exhibición del aparato en el Frontón de JaiAlai, se presentó don Carlos en compañía del chofer, muy bien vestido con su sombrero de copa y gran flor en el ojal. Dieron una vuelta por la pista; el vehículo producía más ruido y humo que una locomotora. El carro volvió a la casa más empujado por la muchedumbr­e que lo aclamaba. Hay que abonarle al señor Amador su deseo constante de introducir en esta tierra los adelantos de la civilizaci­ón. Ojalá el auto aquel se hubiera guardado, luciera como una joya antigua en nuestro museo.

Otro más

Lisandro Ochoa narra en su libro Crónicas de la Villa de la Candelaria su versión:

“El precursor del automovili­smo en Medellín fue don Carlos C. Amador. Este progresist­a caballero al regreso de sus viajes a Europa trajo un pequeño automóvil francés; en aquellos tiempos apenas comenzaba la industria y esta era muy deficiente. El día del estreno del vehículo fue de gran emoción en la vida pueblerina de Medellín. Cuando el señor Amador salió de su casa (el Palacio Amador como se le nombraba) y que estaba situada en la calle Palacé, muchos curiosos quisieron ver el vehículo y a su experto chofer, el cual había sido traído expresamen­te con ese fin. El automóvil recorrió normalment­e algunas cuadras, pero al llegar frente al hoy Ban-

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