LA INFLUENCIA DE GOOGLE SOBRE LOS LABORATORIOS DE IDEAS
Lo primero que ve cuando entra a las oficinas de la Fundación New America en Washington es el Eric Schmidt Ideas Lab, un espacio que lleva el nombre del presidente ejecutivo de la empresa matriz de Google. Google, Schmidt y la fundación de su familia son los principales financiadores de ese laboratorio de ideas.
El 30 de agosto la presidenta de New America, Anne
Marie Slaughter, emitió una declaración diciendo que Ba
rry Lynn, un destacado erudito allí, había sido despedido por “su reiterada negativa a adherirse a los estándares de apertura y colegialidad institucional de Nueva América”.
Qué terrible y peligroso acto había cometido Lynn? Escribió un artículo para la página web de New America apoyando la multa de $2,7 mil millones que la Unión Europea impuso contra Google por violaciones antimonopolio en junio. Ese post encaja perfectamente con el trabajo de la iniciativa de mercados abiertos que dirige, que ha sido una de las voces más fuertes en Washington que pide más escrutinio antimonopolio de nuestra economía. Es la plataforma que Lynn, Matt Stoller y Lina Khan han utilizado para exigir un escrutinio regulatorio de los monopolios tecnológicos como Google, Amazon y Facebook, ya que estas compañías cada vez más dominan nuestra economía. Pero el poder financiero de Google en New America era aparentemente tal que podía cerrar el grupo. Aunque Slaughter niega la conexión entre el financiamiento de Google y su decisión, la implicación parece clara. Una empresa cuyo lema era “No sea malvado” no tiene interés en ser llamado monopolio por un laboratorio de ideas que financia.
En su libro “Cero a Uno” el inversionista tecnológico Peter
Thiel escribe que compañías como Google mienten para protegerse a sí mismos. “Ellas saben que hacer alarde de su gran monopolio invita a ser auditado, escrutinado y atacado. Como realmente quieren que sus ganancias continúen sin molestia, tienden a hacer cualquier cosa por esconder su monopolio -usualmente exagerando el poder de su competencia (inexistente)”, explica. Hay evidencia de que este tipo de exageración es realizada por numerosos eruditos y laborato- rios de ideas financiados por Google. Según un informe investigativo del Wall Street Journal en el 2017, “En el transcurso de la última década, Google ha ayudado a financiar cientos de documentos de investigación para defender en contra de los retos regulatorios de su dominancia del mercado, pagando entre US$5000 y US$400.000 por el trabajo.”
Pero como la organización sin ánimo de lucro Consumer Watchdog descubrió en febrero de 2009 cuando investigó el manejo de Google en cuanto a privacidad del consumidor, la financiación de Google viene con condiciones. Como notó el grupo en su página web, el director de comunicaciones de Google, Bob Boorstin, envió por correo electrónico a la Fundación Rose (un importante financiador de Consumer Watchdog) quejándose de Consumer Watchdog y pidiendo a la organización que considerara “si podría haber grupos mejores en los cuales depositar su confianza y recursos”. Boorstin luego se disculpó por sus intentos de afectar a un crítico de Google, pero no hay pruebas de que el uso de este tipo de táctica haya terminado.
El informe de Wall Street Journal encontró que desde el 2009, Google ha financiado directamente cien documentos escritos por académicos y cien documentos que llegaron por medio de laboratorios de ideas financiados por Google. Estos documentos llegaron a los comités congresionales y las agencias regulatorias que tienen la tarea de monitorear el negocio de Google, como la Comisión Federal de Comercio
El informe de Wall Street Journal encontró que desde el 2009, Google ha financiado directamente cien documentos escritos por académicos.