Corea: más riesgo pero sin salidas
Mientras que el peligro supera la retórica elevada en la región, no hay respuesta al régimen de Kim Jong-un.
Corea del Norte elevó obstinada la amenaza internacional con la detonación de una bomba de hidrógeno el domingo, hecho que le sigue al lanzamiento de misiles balísticos de mediano alcance sobre Japón. La dictadura de Kim Jong-un ahonda en la vieja estrategia disuasoria al anunciar el uso de un arma aún más destructiva que las anteriores.
“El test fue realizado con una bomba con un poder sin precedentes”, señaló la locutora Ri Chun-hee, la encargada de dar las noticias más importantes para el régimen, quien añadió que el ensayo tuvo “dos fases”, fue “ordenado por el líder supremo” y no se ha producido “ninguna fuga de materiales radiactivos ni impacto adverso en el medio ambiente”.
Por su parte, la agencia estatal KCNA aseguró que la prueba “tenía como objetivo examinar y confirmar la precisión y credibilidad de la tecnología de control de la potencia nuclear, así como del nuevo diseño y estructura internos para manufacturar bombas H instalables en mísiles balísticos intercontinentales”.
Cualquiera pudo pensar entonces que se trató de una farsa montada por el régimen norcoreano, pero distintas agencias nucleares confirmaron la evidencia de una explosión mucho más poderosa que las anteriores. En el país vecino, la Administración Meteorológica Coreana (KMA) estimó en mínimo 50 kilotones la fuerza de la explosión.
No obstante, horas después, el propio jefe del Comité de Defensa surcoreano, Kim Young-woo, elevó el cálculo sobre la prueba nuclear a 100 kilotones. Norstar, firma noruega que monitorea este tipo de ensayos, estimó la fuerza de la detonación en 120 kilotones. Esto es, solo con el cálculo final de Corea del Sur, la bomba fue cinco veces más potente que la que cayó sobre Nagasaki, Japón, en 1945.
Respuesta con retórica
El mundo respondió inmediatamente, y los gobiernos de numerosos países condenaron la provocación norcoreana. Entre ellos no solo Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, sino Francia, Alemania, Rusia, y China, histórico aliado del hermético régimen de Pyongyang.
“Corea del Norte ha ignorado la oposición general de la comunidad internacional y efectuado un nuevo ensayo nuclear. El gobierno chino expresa su oposición tajante y condena duramente la acción y hace un llamado a que el gobierno norcoreano deje de agravar la situación con actos que no lo benefician”, dijo el Ministerio de Exteriores chino en un comunicado.
No obstante, las expresiones en todo el mundo no parasaron de eso, palabras o advertencias de sanciones, algo que siempre ha marcado la tensión frente a Corea del Norte y la estrategia de la comunidad internacional. ¿Qué piensan expertos de la más reciente amenaza norcoreana? ¿Es real o solo un alardeo? ¿En ese caso cómo pueden responder las potencias?
Expertos coincidieron en su respuesta al ser consultados por EL COLOMBIANO.
Amenaza real
Juan David Escobar, director del Centro de Pensamiento Estratégico de la Universidad Eafit, consideró que contrario a otros años de amenazas reiteradas y despliegues propagandísticos, los más recientes hechos deben preocupar a la comunidad internacional.
“Esa fórmula de Corea del Norte de mostrarse peligroso e irracional siempre ha sido para sostenerse, pero ahora hay elementos distintos. Con estas últimas acciones parece que la receta se está desequilibrando y el peligro es más posible. Se pasó de molestia a amenaza directa”, dijo.
Mauricio Jaramillo Jassir, docente de la Facultad de Relaciones Internacionales de la Universidad del Rosario, coincidió: “El riesgo es real y lo que ha comprobado Corea del Norte es que está cada vez más cerca de manipular muy bien misiles balísticos. No se sabe bien si ya puede lanzar misiles intercontinentales,
pero ya teniendo la capacidad de manejar ojivas nucleares, y estando tan cerca de Japón y Corea del Sur, además de su creciente retórica nacionalista, objetivamente hay razones para temer una situación prebélica y todo lo que conlleva”.
Estancamiento
No obstante, los dos expertos concuerdan en que por mucho que haya un riesgo cre-
ciente y real, la comunidad internacional tiene pocas herramientas nuevas para responder a la amenaza más allá de las sanciones y el discurso.
“La única forma sigue siendo atar al régimen a una dinámica regional, bien sea con la entrega de alimentos o abastecimiento energético. Sin eso se radicaliza la dictadura. Los chinos ya han intentado sanciones crucia- les sobre la economía norcoreana, como en el tema del carbón, pero no se ha logrado mucho para ablandar al régimen y mucho menos ahora con Kim Jong- un. Nada de eso funcionará”, explicó Jaramillo.
“Corea del Norte tiene la sartén por el mango porque sabe que puede seguir empujando y la opción de Occidente de intervenir no sería exitosa. Ni siquiera sin misiles intercontinentales su amenaza se reduce, porque podría atacar fácilmente Seúl”, argumentó Escobar.
Por tanto, el escenario sigue estancado, nadie gana el pulso pero la amenaza se mantiene en pie
“Teniendo capacidad de manejar ojivas nucleares, y estando cerca de Japón, hay razones para temer situación prebélica”. MAURICIO JARAMILLO JASSIR Internacionalista y docente