LA POBREZA TAMBIÉN ESPIRITUAL
Faltando dos días para la llegada del papa Francisco a nuestro país, muchas opiniones en las redes sociales relacionadas con el gasto que su visita representa para el Gobierno y la inversión que deben realizar las ciudades donde presidirá los actos religiosos y sociales. Frases como “eso se puede invertir mejor en educación” o “en La Guajira hay niños muriéndose de hambre”, son comunes en las redes sociales, en las que también se leen declaraciones con vocabulario obsceno que muestra falta de tolerancia, convivencia y respeto por las diferencias.
Hoy por hoy la sociedad colombiana se encuentra polarizada. Cada quien soporta férreamente su posición personal pero destruye la de su adversario. Hacemos del dinero un objetivo de vida, acumulando riquezas a costa de la vida de los demás, como se ve en los casos de corrupción; buscamos obtener siempre fama o poder pasando encima de nuestros pares. En otras palabras, existe una pobreza espiritual, tanto en católicos, como los que profesan otras creencias, en teístas o ateístas. Y es que es esta carencia la que se tratará de combatir con la visita del Papa, pues más que a buscar nuevos miembros para la iglesia católica, viene a traer un mensaje de amor, esperanza, perdón y respeto por las diferencias e incluso por el medio ambiente. Más que tener la presencia del máximo jerarca del catolicismo, es un líder espiritual en medio de un mundo en que los valores sociales han pasado a un segundo plano.
No estoy diciendo con esto que su visita sea más importante que la educación o la hambruna; por el contrario, el Gobierno tiene que hacer un mayor esfuerzo por dar solución a estas problemáticas agobiantes, pero como sociedad no podemos dar la espal- da a un problema que nos compromete desde nuestras raíces y que hace que hoy en día sigamos siendo un país del tercer mundo. Aprovechemos su estadía en el país para ser mejores personas, aceptar las propuestas de los que piensan diferente, para rescatar lo positivo en vez de remarcar lo negativo, para aprender a convivir, a respetar las normas, a ayudar a los que más lo necesitan desde las pequeñas acciones pero sobre todo a construir una mejor sociedad