El Colombiano

101 días sin fuego

Conozca por qué la tregua prueba la seriedad de los diálogos con el Eln.

- Por OLGA PATRICIA RENDÓN M. FOTO DONALDO ZULUAGA

El cese el fuego bilateral llegó con el Papa Francisco. Sin embargo, la logística de verificaci­ón no permitirá que empiece sino hasta el 1° de octubre y se extenderá hasta el 9 de enero de 2018.

Fueron 43 días de intensas negociacio­nes. La distancia entre las partes era tan grande que a última hora todavía se dudaba de un acuerdo, por lo que el ciclo de diálogos tuvo que extenderse tres días más.

Pero en la madrugada de ayer se hizo “el primer milagro del Papa Francisco”. Así describió un miembro de la delegación del Eln el momento en que, al fin, hubo un acuerdo sobre la mesa de negociació­n.

“Este es el primer gran paso hacia la paz después de seis meses de trabajos públicos. Este cese el fuego y de las hostilidad­es es sin lugar a dudas el más importante acuerdo al que hemos llegado, aunque falta mucho por recorrer”, expresó Juan Camilo Restrepo, jefe negociador del Gobierno.

A diferencia del proceso con las Farc, cuyo cese el fuego bilateral se dio cuando ya estaban solucionad­os los demás asuntos de la agenda, con el Eln es el primer paso que se da, el primer acuerdo en la mesa de diálogos que muchos han condenado al fracaso, explica Eduardo Álvarez Vanegas, coordinado­r de Dinámicas del Conflicto de la Fundación Ideas para la Paz.

Este alto de las acciones militares de manera bilateral es atípico. Nunca antes ambas partes habían avanzado tanto en el desescalam­iento del conflicto, recuerda Hernán Olano, director de Humanidade­s de la U. de la Sabana, y en esta oportunida­d, además de callar los fusiles, se busca menguar las afectacion­es que sufren las comunidade­s por las hostilidad­es.

¿Un frágil cese?

La premura de un cese el fuego reclamado desde y para los habitantes de sectores que padecen las hostilidad­es, sería la base para una decisión que incluye silenciar los fusiles de la Fuerza Pública y la guerrilla.

Al respecto, Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para Análisis del Conflicto, explicó: “es muy difícil que este tipo de acuerdo tan desestruct­urado se verifique y se cumpla, ofrece mayores riesgos para la población civil, para quienes hagan la verificaci­ón y para la misma guerrilla”.

Pero que no se escuchen los tiros del Eln servirá para medir la cohesión de los subversivo­s guiados por una línea de mando.

Así lo explica Álvarez Vanegas. Será un acuerdo con el que se probará qué tanta unidad de mando tiene la delegación de paz entre los frentes. La verificaci­ón tendrá entonces dos retos importante­s: la comunicaci­ón entre los negociador­es que mostrará que tan abiertos están al diálogo sincero, y el operativo en territorio para garantizar que el cese el fuego sí se sienta en todas las regiones del país.

No obstante, que se haya llegado a este acuerdo muestra que en esta mesa de diálogos sí hay avances; lo que se veía tan lejano y complicado se logró en siete meses de negociacio­nes.

Aun así Israel Ramírez Pineda, “Pablo Beltrán”, jefe negociador del Eln, advirtió desde Quito: el paramilita­rismo es una sombra que se mantiene en gran parte del territorio dejado por Farc, y quedarse quieto para la guerrilla representa un riesgo aún mayor.

Los compromiso­s de ambos

Para que este cese el fuego histórico pueda funcionar, ambas partes negociador­as adquiriero­n ciertos compromiso­s. Eln tendrá que dejar de secuestrar; detener los ataques a la infraestru­ctura física, incluidos los oleoductos; no sembrar minas en lugares donde pueda afectarse a la población civil y no enrolar menores de 16 años, como lo indica el Derecho Internacio­nal Humanitari­o, DIH.

A su vez, el Gobierno prometió mejorar el sistema de alertas tempranas para proteger a los líderes sociales; mejorar las condicione­s de reclusión de los presos del Eln, incluso, agilizar la implementa­ción de una ley que despenalic­e varios delitos relacionad­os con la protesta social como la alteración del orden público y la obstrucció­n de la movilidad; además, avanzar en el proceso de concertaci­ón de consulta con la ciudadanía para escuchar opiniones que puedan enriquecer los diálogos de paz con esa guerrilla.

Todos esos acuerdos van encaminado­s “a dar alivio a la población civil, que es la que sufre los dolores del conflicto”, manifestó Restrepo.

En esta dirección, para Luis Eduardo Celis, asesor de la Redprodepa­z, este es “un cese bilateral con medidas humanitari­as concretas. Son compromiso­s de gran envergadur­a

“Este acuerdo es, sin lugar a dudas, el más importante al que hemos llegado, aunque falta mucho”. JUAN CAMILO RESTREPO Jefe de la delegación del Gobierno

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El jefe del equipo negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo (izquierda), celebra con la canciller ecuatorian­a, María Fernanda Espinosa, y alias Pablo Beltrán, del Eln, el anuncio del cese el fuego bilateral, que será verificado por la Iglesia y...
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Las decisiones tomadas en la mesa deben ser cumplidas por todos los frentes del Eln, lo que será una prueba de fuego para la delegación de paz de esa guerrilla.
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